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capítulo 4

Clínica veterinaria san andrés.

-este perro es muy duro señor Ledesma, debería decir que tuvo suerte en elegirlo, tiene tantas apuñalas que parece un guarda

cuchillos.- Dijo el doctor Romero.

Mientras acariciaba a tiran en la cabeza, quien respiraba ruidosamente como si pareciera un motor ahogado.

-¿Cuándo podrá moverse el tontón este?- preguntó Marcelo al medico mientras acariciaba con cuidado a su perro.

-Al ser una raza de perro exclusivamente para la caza mayor, tal semana, semana y media por ahí, mientras tanto se quedará acá para cuidarlo como se debe.- Dijo el doctor mientras se sentaba en una silla del

lugar.

-de acuerdo, muchas gracias por su ayuda y por salvarlo.- Dijo agradecido.

Mientras tanto en la casa de los Ledesma.

Leila y Claudia estaban en la casa, Florencia estaba en su séptimo y último año en la secundaria técnica que asistía.

Poco después entraría a la universidad nacional de san juan Bosco, una universidad privada y prestigiosa en comodoro Rivadavia.

Mientras charlaban sobre la situación de ayer con yerba mate y panes untados en manteca.

Vieron a sus hijos jugar juntos en suelo enfrente de ellas, desde lo sucedido, no dejarían solos.

E incluso las sospechas de Eduardo seguían rondando en sus cabezas ¿y si era cierto? ¿Sonia en verdad quería dañar a los niños?

Si era así, siempre la recibiría con un arma en la mano y dejaría que su perro la mate, y ella no haría nada para ayudarla.

Cuando estaban decidiendo qué escuelas mandar a sus hijos, oyeron como la puerta de su casa era golpeada con fuerza.

Leila quien media un metro ochenta incluso sin tacones, fue a abrir la puerta, era Cristian Gutiérrez, el marido de Sonia.

-leila.- pero fue interrumpido por la mujer que

superaba con facilidad la altura promedia de una mujer.

-ES señora Ledesma, no se en que momento sacaste la confianza en decir mi nombre.- Dijo con carácter y dureza leila.

-me chupa un huevo, yo te llamo como se me cante, quiero saber porque tu perro de mierda atacó a MI esposa.- Dijo enojado Cristian mientras miraba fijamente a los ojos de la mujer alta.

Cristian que media alrededor de un metro setenta y cuatro, tenía que levantar un poco la vista.

El tenia ojos marrones oscuros, barba en forma de candado, pelo castaño oscuro, vestía de traje como cualquier hombre de esta época.

-no se porque el perro atacó a tu señora, y no tiene sentido que busques armar quilombo enfrente de Mi casa y de MI hijo. Así que por favor, retírate.- Dijo mientas cerraba la puerta.

Sin embargo la mano del hombre sostuvo la puerta para que permanecía abierta.

-me importa una mierda eso, quiero al perro así lo mato yo mismo, entrégame el perro de mierda.- Dijo con enojo el hombre.

-no se dónde esta el perro.- Dijo leila.

Y el hombre al ser un marica y cobarde levantó la mano pero escucho el motor de un auto.

Era el auto de Eduardo, el solo vio como el hombre levantó la mano a su madre, freno, apagó el auto y cerró la puerta de este con

fuerza.

El aun vestido de militar, con una altura de un metro ochenta y cinco, y con una gran fuerza natural por genética.

Solo pechó al hombre con fuerza y este cayó al piso, él quería golpearlo pero su madre lo detuvo a tiempo.

Le dijo que no lo haga enfrente de Tadeo y benjamín, sin embargo juliana no se quedó callado, con una sola mano levantó al hombre.

-dale hacete el malo conmigo, acá pegá, dale acá pegá- dijo provocándolo mientras ponía sus manos en la espalda y dejaba al

descubierto su mejilla izquierda a la vez que lo miraba.

A todo esto, su voz que era enérgica de por sí, grito aún más.

-DALE PEGAME TE DIJE, PUTO DE MIERDA, QUE TE HACES EL

MALO CON VIEJA.- gritó con fuerza.

Haciendo que más vecinos y adolescentes vieran la escena.

Todos al conocer a Cristian y Eduardo, un joven tranquilo que solo iba a casa a dormir o comprar cosas como gaseosa, conectaron

los puntos.

Algunos incluso fueron a separar al dúo de hombre porque saben que Eduardo llegaría incluso a matarlo.

-CERRA EL CULO HIJO DE PUTA.- grito Cristian por la presión de las personas y los gestos provocativos de Eduardo.

Sin embargo esto hizo que Eduardo explotará, y los adolescentes hombres usaron todas las fuerza posible para detener a Eduardo.

Algunos incluso se enojaron con Cristian y fueron a pegarle por Eduardo, en poco tiempo todo se descontrolo.

Y la policía llego.

A todo esto, Claudia mantenía a Tadeo y benjamín distraídos con la televisión y comenzó a subirle el volumen.

Y entre ellas estaba la noticia de tensión entre Argentina y Reino Unido, sobre las islas Malvinas, pero se dice que no llegan a

nada por el momento.

Sin embargo como era un tema que no podía opinar o interferir no le dio importancia.

Pasaron varias semanas desde el incidente y hoy llego una noticia increíble a la familia.

Titán estaría devuelta en casa, destruido y agujereado como queso suizo pero en casa.

Al bajar del auto, la familia notó que se había

recuperado y tenía la misma fuerza que antes.

El perro rápidamente fue acariciado y en concreto por los dos bebés de la casa y como perro manso, comenzó con ellos.

Sin embargo nuevamente el mal augurio volvió.

Cristian Gutiérrez volvió y enfrento al hombre de la casa, Marcelo cansado, estresado por lo que había ocurrido y el gastadora de plata que hizo, hizo lo siguiente.

-¿querés matar al perro? Esta bien tomá.- Dijo el mientras agarraba una maza de hierro de una mano.

- pasa dale, mátalo, pero después hacerte cargo de las consecuencias, no te voy a defender de mis hijos.- Dijo Marcelo mientras le abría la puerta de la casa.

Cristian al ser un poco hombre y maricón, se cago encima (se asusto) y se fue sin decir una palabra.

Poco después de ese episodio, en la noche la familia y la madre e hijo invitados a vivir en su casa, comieron un abundante asado.

Y esto era porque al otro día, los hombres se iban por un largo tiempo.

Al momento de dormir, obligó a su hija dormir con él y lo mismo con Tadeo, e incluso le saco fotos para recordarlos en el camino.

A la mañana siguiente los tres hombres se fueron sin hacer ruido, y cuando las mujeres notaron su ausencia se sintieron un poco

inseguras pero al tener un arma en la casa y a titán esas dudas se esfumaron.

Leila y Claudia acostumbradas a despertarse temprano, se levantaron a desayunar yerba mate con tostadas con dulce.

Leila de paso le preparo el desayuno a su hija que se estaba bañando, los bebes por su parte seguían durmiendo.

Y titán estaba con ellos cuidándolos como siempre.

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