—Ahora, ahora... No me miren así, señorita Ainsley. Les aseguro que hay una recompensa esperándoles a todos ustedes —el director tranquilizó, captando la expresión desconcertada de Hera.
Cuando llamaron a Hera, se dio cuenta de su mirada confusa fija en el director, quien aún no había revelado la naturaleza de la recompensa.
El director asintió a los aldeanos, y diez de ellos se posicionaron rápidamente frente a Hera y Xavier. Sus edades variaban desde alrededor de 11 hasta los 50 años. Los más jóvenes parecían visiblemente nerviosos, inquietos y mostrando una comprensible hesitación frente a la cámara.
—Supongo que los otros participantes tardarán al menos otros 45 minutos en llegar debido a su progreso, así que primero le presentaré la recompensa que obtendrán por llegar aquí primero...
En ese momento, el equipo sacó una ruleta, cuya superficie estaba en blanco y no daba ninguna pista sobre las posibles recompensas que contenía.
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