—Señor, hemos llegado —anunció el asistente de Rafael mientras Rafael guardaba su teléfono en el bolsillo interior de su traje y esperaba a que su asistente le abriera la puerta.
Mirando adelante en el camino, Rafael notó a Hera y a otra chica subiendo a una furgoneta negra.
—Espera —ordenó.
Después de que la furgoneta había partido, Rafael emitió una orden:
—Sigamos esa furgoneta.
Dentro de la furgoneta, Hera vio a Cindy absorta en su teléfono, sentada en el asiento del pasajero. —Cindy, nos dirigimos al Pabellón Dragón Dorado para comer. Únete a nosotras.
Cindy, ocupada coordinando con el CEO de UE para la estrategia del equipo de relaciones públicas para influir en la opinión pública a favor de Hera, se sobresaltó al escuchar de repente su nombre y miró hacia atrás a Hera, lo que le causó tensar ligeramente el cuello. —¡Ay! Mi cuello!
—¿Estás bien? —preguntó Hera, preocupada.
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