—Presenten la denuncia. Al menos, espero que quede un antecedente penal por lo de hoy —dijo Qiao Dongliang con los dientes apretados y firmeza.
Insistió en presentar una denuncia policial y dijo por su cuenta que eran quinientos yuanes en lugar de trescientos para darle una lección a Ding Jiayi.
Ding Jiayi no le tenía miedo y se atrevía a hacer cualquier cosa por el bien de Zijin ahora. No sentía mucho por sí mismo, pero sería difícil para Nan Nan, que tenía que soportar sufrimiento sin fin.
Qiao Dongliang había considerado que, aunque Ding Jiayi no era una buena madre, después de todo, era la madre biológica de Qiao Nan. Desde el punto de vista de los demás, aunque Ding Jiayi no era perfecta, como hija, Qiao Nan tampoco podía excederse demasiado en ciertas cosas. Estaría mal incluso si Qiao Nan las hiciera en defensa propia.
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