—Habíamos llegado al claro antes que los demás, que había sido mi intención. Todos estábamos en posición y esperando a los otros. Sentí las emociones que venían de los que me rodeaban. Los nervios de mi bella Estrella. La nerviosa sensación de emoción de los guardias que Trinidad y Reece tenían con ellos. La aprensión de los de mi manada. Incluso podía sentir el miedo que desprendían los chicos. Hacían un lío loco de olores y sentimientos que estaba experimentando.
Justo cuando la gente empezó a llegar al claro, hubo un hombre que se detuvo en seco.
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