—Hola, ¿de qué estás hablando? ¿Qué tipo de hombre?
Yin Ruijue se molestó al escuchar eso y avanzó hacia el director con una carta de póker en la mano, sin mostrar ningún respeto en absoluto.
—No, no, no. Estaba equivocado. Estaba equivocado…
—¿Qué más? —preguntó Bo Jinchuan con calma.
—Y… y…
El director levantó la mano y se secó el sudor de la frente. Se devanó los sesos pero no pudo pensar en nada.
—Joven Maestro Bo… Este asunto fue un error desde el principio. No entendimos la situación y te hemos molestado. ¡Lo siento mucho! ¡Me iré ahora! ¡Ahora mismo!
El director sonrió disculpándose y se dio la vuelta para irse.
—Si vas a alejarte, deberías alejarte lejos. Sería mejor si nunca volvieras a entrar en esta escuela.
La voz tranquila de Bo Jinchuan se escuchó y el director se quedó helado en el lugar. Su expresión estaba llena de miedo.
—¿Qué... qué quieres decir?
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