—Dario se rió—. No. Esto no es alcohol. Le pidió a un curandero que hiciera esta poción para que te sientas menos nerviosa durante la ceremonia, te ayudará a calmar los nervios —inclinó la cabeza para observar a Amanecer—. Creo que tiene razón, te ves horrible.
—Amanecer entrecerró los ojos—. Justo antes dijiste que soy hermosa —miró la botella—. ¿Un curandero? ¿Te refieres a Aurel?
Juró que no comería nada que viniera de ella; incluso si la poción no fuera venenosa, ¿quién sabía si había escupido en ella?
—Por supuesto que no, conociendo la mala sangre entre ustedes dos, no hay forma de que Cenit le ordene hacer esta poción —respondió Dario—. Le pidió a un curandero de nuestra manada que la hiciera. Fue entregada esta mañana, debería haber llegado anoche, pero hubo un retraso.
—Amanecer miró la botella—. Gracias.
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com