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La mirada de Yang Zhijin simplemente no podía apartarse de la partitura, y la expresión que llevaba al estudiarla parecía bastante antinatural.
La asistente cercana notó el problema y apresuradamente la llamó suavemente —¿Hermana Yang? ¿Hermana?
Pero Yang Zhijin estaba completamente sorda al llamado, todo su ser absorto en la música, cada nota parecía girar y bailar en su mente, atrapándola en un estado de profunda inmersión.
Las combinaciones orquestales eran aún más suaves que la canción de Yun Zhongjun, y toda la música parecía expresar los dos caracteres de "silencio".
—Hermana, ¿hermana? —de repente sacudida por el hombro por su asistente, Yang Zhijin volvió a la realidad, mirando a Shen Bijun con incredulidad.
Al verla aparentemente descompensada, la asistente se preguntó si la música de Shen Bijun era demasiado terrible para escucharla.
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