No elimines la Marca de Cónyuge

—¡Dolía tanto! ¡Dolía de la cabeza a los pies! —Su cuerpo se sentía pesado, como si hubiera hundido en un cenagal. Ni siquiera podía levantar un dedo.

—Bai Qingqing tomó una respiración profunda y luchó por encoger su cuerpo ensangrentado y magullado, sus brazos protegiendo su pecho.

—Ella levantó la vista y echó un vistazo al tigre blanco brevemente, antes de retirar su mirada asustada. Luego miró hacia su brazo derecho.

—En efecto, allí había aparecido el tatuaje de un tigre.

—Winston miró el tatuaje de tigre en el brazo de Bai Qingqing, su expresión aún más horrorizada que la de Bai Qingqing, como si él fuera el que hubiese sido violado. En su corazón había una mezcla de alegría, horror y desesperación.

—Al ver que Bai Qingqing estaba mirando su marca de cónyuge, Winston ni siquiera se atrevía a parpadear. El color de la sangre había desaparecido de su rostro, e incluso su cicatriz llevaba un tinte de palidez.