¡Sigue soñando!

Cuando lentamente siguieron a Bai Di y a los demás hasta la cima de la montaña, encontraron a Shuang Yun y a Shen Yan enfrascados en batalla.

Los lugares que tocaba el Lobo Blanco Escarcha Plateada se congelaban. El albatros batía sus alas y esquivaba, pero no podía encontrar una oportunidad adecuada para atacar.

Las otras bestias de la tribu de las plumas se quedaron cerca observando. No tenían intención de interferir.

Huanhuan estaba preocupada de que Shuang Yun resultara herido. Estaba a punto de lanzarse hacia adelante para detenerlo cuando Xue Ling la detuvo.

—Nadie puede interferir en un duelo entre bestias macho. Te aconsejo que no actúes imprudentemente —dijo.

Huanhuan no estaba dispuesta a ceder, así que Bai Di tomó su mano y le aconsejó suavemente:

—Es bueno dejarlos pelear. El conflicto solo empeorará si guardan todo dentro. Será mejor para ambos lados si lo desahogan.

—Pero me preocupa que Shuang Yun salga herido...