—¿Noah dejó a su esposa? —preguntó Raven impactado y Elizabeth sonrió. Ella sabía que todo lo que Noah había hecho ese día era solo una puesta en escena ante todos, él nunca podría amar a ninguna mujer. Un hombre tan desalmado como Noah Declan nunca podría amar a nadie.
Si Damien no hubiera suplicado que Anna fuera aceptada de nuevo, nunca la habrían aceptado de vuelta. La vergüenza que los Declan les causaron fue demasiado.
—Su familia llamó anoche preguntando si la oferta de que se casara con Dalton aún estaba abierta —explicó Elizabeth.
—Y tú, ¿qué dijiste? —preguntó Raven a su esposa. Ella no podría haber aceptado a Anna después de todo lo que Noah les hizo hacer, ¿verdad?
—Tu hijo aceptó de inmediato —dijo Elizabeth y Raven frunció el ceño.
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