Punto de Vista de Xavier
Deambulaba por mi habitación, mordisqueándome los dedos mientras la llamada de Selene entraba por milésima vez en los últimos minutos. Tenía miedo de atender su llamada. ¿Qué excusa se suponía que le diera sobre las niñas? Un minuto las dejé jugando afuera y al siguiente habían desaparecido.
Sus dispositivos de rastreo fueron encontrados en algún lugar fuera de la casa de la manada, y sus teléfonos e identificadores personales estaban en diferentes ubicaciones fuera de la casa de la manada. Estaba muerto de miedo... si les pasara algo, nunca podría perdonarme.
Hubo un golpe en la puerta antes de que se abriera y Lucius entró a la habitación, una mirada agotada en su rostro. Se veía aun más cansado estos días de lo que recuerdo. Sus ojos estaban hundidos y casi vacíos, lucía enfermo.
Instintivamente, me acerqué a él —¿Estás bien, hombre? —pregunté, pasándole la vista por encima del cuerpo—. ¿Pareces que podrías usar un poco de descanso?
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