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Capítulo #12

Han pasado algunas semanas desde aquella noche mágica en el restaurante. La relación de Matthew y Sarah se había vuelto el tema de conversación de todo el instituto. Los rumores y comentarios se esparcían rápidamente, y todos parecían tener una opinión al respecto. Mientras tanto, David había decidido tomar un poco de distancia. Aunque seguía cumpliendo su promesa de darle clases de canto a Sarah, se había vuelto más reservado y evitaba pasar demasiado tiempo cerca de ella fuera de las lecciones.En el aula de música, Sarah estaba ajustando su postura frente al piano mientras David la observaba con una sonrisa tranquila. Sus dedos rozaron suavemente las teclas, preparando el próximo ejercicio vocal."Recuerda, Sarah, controla tu respiración y deja que tu voz fluya con naturalidad," dijo David con su tono amable y paciente.Sarah asintió, enfocándose en la técnica que David le enseñaba. A pesar de la nueva dinámica entre ellos, seguía apreciando enormemente las lecciones y el apoyo de David.Después de la clase, Sarah miró a David con gratitud. "Gracias por seguir ayudándome, David. Sé que las cosas han cambiado, pero realmente valoro tus consejos."David sonrió, aunque con una melancolía apenas perceptible en sus ojos. "No te preocupes, Sarah. Prometí ayudarte y lo haré. Además, me alegra ver cuánto has mejorado."Mientras Sarah salía del aula, David observó cómo se alejaba. Sus sentimientos por ella seguían ahí, pero había decidido mantenerlos ocultos. La distancia que había puesto entre ellos era su manera de protegerse y de respetar la nueva relación de Sarah con Matthew.En el pasillo, Sarah se encontró con Matthew, quien la recibió con un abrazo y un beso en la mejilla. "¿Cómo estuvo la clase?" preguntó, sonriendo."Bien, David es un gran maestro," respondió Sarah, aunque notó la sombra de distancia en la mención del nombre de David.Matthew asintió y cambió el tema rápidamente. "Estaba pensando que podríamos ir al cine esta noche, ¿te parece bien?"Sarah sonrió, agradecida por la distracción. "Me encantaría, Matthew."Mientras tanto, en el otro extremo del instituto, Harper estaba en la biblioteca, intentando concentrarse en sus estudios. Sin embargo, sus pensamientos seguían volviendo a David. Desde la noche en que él había pasado a visitarla, Harper había intentado mantenerse ocupada para no pensar en sus sentimientos. Pero cada vez que lo veía, aunque fuera de lejos, su corazón se aceleraba."Harper, ¿estás bien?" preguntó su amiga Lily, sentándose a su lado.Harper suspiró y cerró el libro frente a ella. "Sí, solo... pensando demasiado, como siempre."Lily le dio una mirada comprensiva. "Es por David, ¿verdad?"Harper asintió. "Sí. Es difícil verlo y no poder decirle lo que siento. Y ahora, con Sarah y Matthew juntos, parece que todos están encontrando su camino menos yo."Lily puso una mano en el hombro de Harper. "Dale tiempo. Las cosas se aclararán. Y recuerda, siempre estoy aquí para ti."Harper sonrió, agradecida por el apoyo de su amiga. "Gracias, Lily. Necesitaba escuchar eso."De vuelta en la clínica, David estaba recibiendo su tratamiento de quimioterapia. Se había acostumbrado a las sesiones y a las conversaciones con Jack, el hombre que había conocido unas semanas atrás."¿Cómo van las cosas con tu amiga?" preguntó Jack, mientras ambos esperaban que la sesión terminará.David suspiró. "Es complicado. Sarah está con Matthew ahora, y me alegro por ella, de verdad. Pero mantener mis sentimientos en secreto es más difícil de lo que pensé."Jack asintió con comprensión. "El amor no correspondido siempre es duro, pero a veces tomar distancia es lo mejor. Te protege a ti y a la relación que tienes con ella."David asintió, sabiendo que Jack tenía razón. "Sí, por eso decidí alejarme un poco. Solo espero que el tiempo haga que las cosas sean más fáciles."La conversación continuó, ofreciendo a David un pequeño respiro en medio de su lucha diaria. A medida que pasaban las semanas, cada sesión se convertía en un momento de reflexión y fortaleza, no solo para su salud física, sino también para su bienestar emocional.Mientras Sarah y Matthew disfrutaban de su cita en el cine, Sarah no podía evitar que sus pensamientos volvieran a David. Apreciaba la dulzura y el esfuerzo de Matthew, pero una parte de ella sentía que algo faltaba. Sacudió la cabeza, intentando concentrarse en la película y en el momento presente.Las semanas pasaban y David seguía asistiendo a sus sesiones de quimioterapia, donde la rutina se había convertido en una especie de ritual. Cada vez que llegaba a la clínica, sabía que Jack estaría allí, listo para compartir una conversación que hiciera más llevadero el tiempo."¿Cómo te sientes hoy, David?" preguntó Jack mientras ambos se acomodaban en sus respectivas sillas.David esbozó una sonrisa cansada. "Un poco más cansado cada día, pero sigo aquí. Eso es lo importante, ¿no?"Jack asintió. "Sí, eso es lo importante. Un día a la vez. ¿Cómo van las cosas con Sarah?"David suspiró, sus pensamientos se dirigieron a los momentos compartidos en las lecciones de canto. "Estamos bien. Manteniendo la distancia, como decidí. Es difícil, pero necesario. ¿Y tú? ¿Cómo te ha ido?"Jack se rió suavemente. "Ah, ya sabes, con cincuenta años uno se acostumbra a los altos y bajos. Mis hijos me mantienen ocupado, y eso ayuda a distraerme."David asintió, apreciando la sabiduría y el humor de Jack. "Me alegra escuchar eso. A veces desearía tener algo más que me distrajera de todo esto."Las sesiones de quimioterapia se volvían más difíciles para David con el tiempo. El cansancio se acumulaba, y cada día se sentía más agotado. Su piel empezaba a perder color, y sus ojos mostraban el desgaste de la batalla que estaba librando. Sin embargo, la compañía de Jack y su inquebrantable espíritu le proporcionaban un rayo de esperanza y fuerza.Mientras tanto, en la escuela, Harper estaba en la cafetería con sus amigas, Lily y Amanda. Las tres chicas estaban sentadas en una mesa, comiendo y charlando sobre los últimos eventos."Harper, tienes que decirle a David cómo te sientes," insistió Lily, mirando a su amiga con determinación.Harper negó con la cabeza, su mirada fija en su comida. "No puedo, Lily. ¿Y si me rechaza? No quiero arruinar nuestra amistad."Amanda, siempre la pragmática, intervino. "Harper, lo que tienes que preguntarte es si prefieres vivir con la incertidumbre y el 'qué hubiera pasado si...' o enfrentar tus sentimientos y saber la verdad."Harper suspiró, sintiendo la presión de sus amigas. "Lo sé, chicas. Pero es complicado. Me enamoré de David desde el primer día que lo conocí. Cuando llegó a la ciudad, perdido con sus maletas, me pareció tan... genuino. Le ayudé a encontrar su departamento, y resultó ser el que estaba justo al lado del mío."Lily sonrió, recordando la historia. "Sí, lo has mencionado antes. Fue como si el destino los hubiera puesto uno al lado del otro.""Exactamente," continuó Harper. "Y desde entonces, hemos sido amigos. Lo he visto en sus altos y bajos, y mi amor por él ha crecido con cada momento que hemos compartido. Pero ahora, con todo lo que está pasando en su vida, no quiero añadir más complicaciones."Amanda tomó la mano de Harper, ofreciéndole su apoyo. "Harper, el amor siempre es complicado. Pero a veces, ser honesta contigo misma y con tus sentimientos es lo mejor que puedes hacer."Harper suspiró profundamente, sabiendo que sus amigas tenían razón, pero aún temerosa de dar ese paso. "Lo pensaré. De verdad, lo haré. Pero necesito tiempo."Lily y Amanda asintieron, comprendiendo su dilema. Sabían que Harper era fuerte y que, eventualmente, encontraría el valor para enfrentar sus sentimientos.Los días continuaron, y aunque el cáncer seguía robándole las energías a David, él mantenía su determinación y su compromiso con Sarah y sus lecciones de canto. La música se había convertido en una especie de refugio, un lugar donde podía olvidar sus preocupaciones y simplemente ser él mismo.En la siguiente sesión de quimioterapia, David y Jack volvieron a encontrarse."Jack, ¿alguna vez te has arrepentido de algo?" preguntó David, buscando consuelo en la sabiduría de su amigo mayor.Jack reflexionó por un momento antes de responder. "Claro que sí, David. Todos tenemos arrepentimientos. Pero con el tiempo, aprendí que vivir en el pasado no cambia nada. Lo importante es aprender de nuestros errores y seguir adelante."David asintió, absorbiendo las palabras de Jack. "Creo que tienes razón. Hay muchas cosas que me preocupan, pero supongo que lo único que puedo hacer es seguir adelante y enfrentar cada día como venga."Jack sonrió. "Exactamente. Y recuerda, no estás solo en esto. Tienes amigos que se preocupan por ti, y eso es lo más valioso que puedes tener."La conversación con Jack le dio a David un renovado sentido de propósito. Sabía que, a pesar de las dificultades, tenía que seguir adelante, no solo por él mismo, sino por aquellos que lo amaban y apoyaban.En una lujosa casa en las afueras de la ciudad, Matthew estaba disfrutando de una noche de viernes con sus amigos Carl y Marcus. La casa, propiedad de su adinerado padre, era el lugar perfecto para una reunión privada. El ambiente era festivo, con música a todo volumen y varias botellas de licor esparcidas por la mesa del salón."¡Este lugar es increíble, Matt!" exclamó Carl, levantando su vaso en un brindis. "Tu viejo realmente sabe cómo vivir."Matthew sonrió con suficiencia. "Sí, bueno, tiene sus ventajas tener un padre que es uno de los hombres más ricos del país. Salud, chicos.""¡Salud!" replicaron Carl y Marcus al unísono, chocando sus vasos con el de Matthew.Los tres amigos se acomodaron en los sofás de cuero, disfrutando del lujo que les rodeaba. Marcus, tomando un trago largo de su vaso, miró a Matthew con curiosidad. "Entonces, ¿cómo van las cosas con Sarah? Ahora que ya son pareja, ¿todo va bien?"Matthew suspiró y se pasó las manos por la cabeza, mostrando una expresión de frustración. "Es complicado. Sarah es una jodida niña de papá. Siempre está contándome historias de su madre, y me agota. La verdad, solo me fijé en ella por el estatus de su papá y porque tiene un buen físico."Carl arqueó una ceja, sorprendido por la confesión de Matthew. "¿En serio? Pensé que realmente te gustaba."Matthew se rió, pero su risa carecía de alegría. "Es atractiva y tiene conexiones que pueden ser útiles, pero a veces es insoportable. No sabe lo que es la vida real, todo ha sido fácil para ella."Marcus asintió, comprendiendo la perspectiva de su amigo. "Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Seguir con ella por conveniencia?"Matthew se encogió de hombros. "Por ahora, sí. No quiero complicar las cosas más de lo necesario. Además, tenerla como novia tiene sus beneficios."Carl se inclinó hacia adelante, con una sonrisa astuta en el rostro. "Si quieres, Matt, podemos hacer algo al respecto. Nada serio, solo para que ese tipo David entienda que debe mantener su distancia."Matthew miró a Carl, considerando su propuesta por un momento antes de negar con la cabeza. "No, no quiero hacer nada que pueda lastimar a Sarah o complicar más las cosas. Solo tengo que confiar en ella y esperar que David se mantenga en su lugar."Mientras tanto, Harper estaba sentada en su cama, mirando una foto de ella y David tomada el día que se conocieron. Sus amigas la habían convencido de considerar la posibilidad de confesar sus sentimientos, pero el miedo al rechazo seguía pesando sobre ella.En su modesto departamento, David estaba en la cocina preparando una cena sencilla. Las últimas semanas habían sido agotadoras, pero cocinar siempre le había proporcionado un sentido de normalidad y control. Mientras cortaba algunas verduras, una sensación extraña recorrió su rostro. Instintivamente, llevó la mano a sus labios y se sorprendió al sentir algo húmedo.Cuando miró su mano, vio manchas de sangre. Su corazón se aceleró, y una oleada de pánico lo invadió. "No, no ahora," pensó, intentando mantener la calma. Se dirigió rápidamente al baño, donde un espejo confirmó sus peores temores: la sangre brotaba de su nariz.Mientras trataba de contener la hemorragia con un pañuelo, empezó a toser violentamente. El sonido seco y profundo de su tos resonó en el pequeño baño. Cubrió su boca con el pañuelo, pero al apartarlo, vio con horror que también estaba manchado de sangre.David se apoyó en el lavabo, sintiendo cómo sus fuerzas lo abandonaban lentamente. El cansancio y la enfermedad que había estado manteniendo a raya parecían ahora dominarlo completamente. Miró su reflejo, sus ojos llenos de una mezcla de miedo y determinación.