-Arabella-
Cuando me despierto, Ronan no está en el dormitorio, cada centímetro de mi cuerpo me duele y la piel de mi trasero arde. Los recuerdos vuelven a mí e inmediatamente me sonrojo de vergüenza al pensar en lo que hicimos anoche.
No era la primera vez que teníamos sexo, pero esta vez… fue más que estimulante. Estaba tan excitado por él que podría haberme atado y jugado con cada centímetro de mi piel y me hubiera encantado.
Era como si estuviera poseída por mi deseo por él. Por su cuerpo, por todo él.
Me doy cuenta de que debe haberme movido en algún momento de la noche, porque lo último que recuerdo es desplomarme en la cama, agotado. Por alucinante que fue anoche, me dejó exhausto.
Esto es un desastre y me siento terrible por atacarlo de la forma en que lo hice. Si no termináramos teniendo sexo, habría cometido el peor error de mi vida.
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