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—Señor Jensen, por favor, deme otra oportunidad —rogó con sinceridad Brandon Brent—. ¿Qué tal esto? Me uniré a la gente de ese lado e investigaré; quienquiera que descubra, cuenta como su propio mérito.
Al escuchar al que alguna vez fue un niño rico consentido comportarse tan bien, Greg Jensen no pudo evitar sonreír en silencio, luego preguntó:
—¿Dónde estás ahora?
—Estoy llegando a la Ciudad de Jamae pronto, en unos veinte minutos, definitivamente llegaré al centro de la ciudad.
—Hmm, te enviaré una dirección, ven directamente.
—De acuerdo.
Después de colgar el teléfono, Greg Jensen se encontró divertido.
Primero fue el Gran Jefe Liu, y ahora Brandon Brent; parecía que mientras fueran esos matones de segunda generación con los que había tratado y no murieran, todos cambiaban para bien.
Sacudió la cabeza, salió de su casa, se subió a su H6 y condujo hacia el Club de la Familia Wright.
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