webnovel

Mesa para seis

Narra Dante

Un nuevo día había dado comienzo, me encontraba ya de camino al instituto mientras tenía una llamada con mi amiga Glorland, obviamente tenía que ponerla un poco al tanto de las cosas que habían pasado últimamente.

—¿En serio los derrotaste a todos? —preguntó mi amiga.

—Pues sí, sabes que al menos eso si se me da bien jajaja.

—Sí, al menos en algo no eres un inútil.

—Mira quien lo dice, la que de no ser porque existen los microondas y la comida congelada se moriría de hambre.

—Cállate que sí sé cómo cocinar.

—Si a preparar huevos tóxicos y carne quemada le llamas cocinar pues eres la Gordon Ramsay mujer.

—¿Tan temprano y ya estás así de insoportable?

—Sigo tu ejemplo.

—Haces que me arrepienta de ir a verte hoy.

—Nah, yo sé que no solo quieres venir por mí, sino por Devin.

—¿Hablas del perrote que te ganó en las maquinitas?

—Me ganó uno de 3 combates.

—Pero te pateó el trasero, es lo que me importa.

—Joder, ¿Desde cuándo tengo un grupo de haters?

—Tu reputación te precede.

—¿Eso es algo bueno o algo malo?

—Tú dime, por algo tienes un grupo de haters.

—Sé que como buenas haters me aman en el fondo.

—¿Ya se quejaron de tu enorme ego?

—Si, y así como contigo me dio igual, no renunciaré a mi carisma natural.

—Pufffff, en fin.

—Algo me dice que te llevarás bien con las chicas.

—Puede ser, pero mi prioridad será ese pitbull.

—Oye, relaja la raja mujer, lo vas a espantar.

—Si es un perro listo caerá rendido a mis pies para el final de la velada de esta noche.

—Ya te dije, no seas una intensa, debes causarle una buena primera impresión.

—No te preocupes, mis encantos lo seducirán.

—O lo ahuyentarán.

—Deja de salarme coño.

—Es increíble como tu odio a los furries es selectivo y cambia según te convenga.

—Mi odio mis reglas.

—En fin, ya casi llego al instituto, te veo esta noche, ¿vale?

—Claro, cuídate, adiós mejoro.

—Adiós mejora.

Colgué la llamada y me adentré en el instituto, todo iba acorde a la costumbre, furries por doquier charlando, bromeando, riendo, algunos haciendo trabajos, tareas, entre otras cosas, algunos hasta estaban jugando en sus computadoras o en sus celulares, lo típico. 

En un instante ya me encontraba en mi salón, a la vez que entré pude ver a mis dos amigas sentadas en sus lugares de siempre dejando el asiento en medio de ellas para mí, inmediatamente me acerqué y me dispuse a sentarme en el asiento libre en cuestión.

—Buenos días estrellitas, la tierra les dice hola.

—¿Qué dice este ahora? —preguntó Anya a Taylor.

—No tengo idea, debe estar desvariando otra vez.

—Eso o no nos está hablando a nosotras.

—Imposible, no tiene más amigas.

—Buen punto, aunque puede estar hablando solo como de costumbre.

—Paren ustedes dos, no es mi culpa que no entiendan las referencias de la cultura pop.

—Ah ¿Era una referencia? No la pillé.

—Obvio que era una referencia, "Charlie y la Fábrica de Chocolates", el saludo de Willy Wonka a los niños que iban a visitar su fábrica.

—Joder Dante, ¿Cómo pretendes que entendamos referencias de películas viejas como esa?

—Oye, ese es un clásico.

—Si, un clásico porque es vieja.

—Da igual, es un peliculón.

—A todo esto ¿Por qué conoces tantas películas viejas? —preguntó Taylor.

—Gracias a mi padre, cuando era pequeño ponía varias de sus películas favoritas y las veía con él, era uno de esos momentos de tiempo de calidad que lográbamos tener de vez en cuando.

—Tiene sentido.

—Es por eso que conozco esas películas, varias las vi con él y a partir de eso comencé a buscar más películas antiguas para verlas por mi cuenta y he encontrado auténticas joyas.

—Vaya, y pensé que eras un friki solo con los videojuegos.

—Nah, lo soy con muchas cosas, no es algo que me avergüence en lo absoluto.

—Eso es lo importante, que no te de pena hacer referencias a películas que nadie entenderá.

—Para nada, es parte de mi toque personal.

—Como digas, lo que te haga sentir mejor.

Nuestra charla fue interrumpida por el sonido del timbre avisándonos del comienzo de la primera clase de la mañana, la cual era justamente Biología, la maestra entró al salón justo a tiempo.

—Buenos días jóvenes, espero que estén teniendo una buena mañana el día de hoy, les voy a pedir a todos que tomen sus asientos y saquen sus cuadernos y libros que la clase dará comienzo en breve, espero que hayan realizado sus informes como se los solicité.

Todos procedimos a seguir sus indicaciones y prepararnos para recibir su clase, saqué de mi mochila el informe que había realizado con las chicas, para tenerlo listo cuando tocara entregarlo, ya una vez teniendo todo sobre la mesa de mi pupitre me dispuse a prestar atención a la clase que impartiría la maestra.

...

Había pasado ya gran parte de la hora clase, la maestra ya había terminado la lección del día de hoy y ya nos había pedido a cada líder de grupo poner los informes sobre su escritorio para que ella pudiera leerlos brevemente y poder dar unas primeras impresiones de los mismos. 

Empezó evaluando a los demás grupos dándoles una pequeña reseña de lo que había podido leer de la investigación de cada uno hasta que llegó al nuestro.

—Grupo #7, buen trabajo con el informe, me pareció interesante la comparación que realizaron de la fisionomía humana con la furry, considero que el enfoque que le dieron es bastante práctico y hace que sea comprensible para cualquiera que esté interesado en el tema, los felicito.

—Gracias profesora —respondió Anya a lo que la profesora se limitó a sonreír levemente y seguir leyendo nuestro informe.

—Genial, al parecer lo hicimos bien chicas.

—Si, es un alivio, valió la pena quedarnos en tu casa a hacer ese trabajo —comentó Taylor.

—A pesar de lo que nos pasó luego.

—Por favor Anya, no me hagas recordar eso otra vez.

—Lo siento, no es mi intención, pero me alegra que al final todo saliera bien.

—Eso sí, por cierto ¿Alguna novedad del vigilante?

—Pues que yo sepa ninguna, no he oído nada más, supongo que o se habrá tomado un descanso o sigue allá afuera esperando el momento para actuar.

—Tienes razón, me pregunto qué hará ahora.

—Veo que ese tipo las ha impactado mucho eh.

—Ya, no te pongas celoso Dante.

—No estoy celoso, simplemente me parece que el revuelo que se ha hecho por ese tipo es excesivo.

—Estamos hablando de un vigilante que ronda las calles de noche para evitar crímenes ¿y te parece exagerado que la gente se alarme? —cuestionó Anya.

—Un poco, sí.

—Pues para mí la causa de ese sujeto es bastante noble.

—No lo conoces, no sabes si lo hace por algo bueno o simplemente lo ve como un deporte.

—¿Por qué te cae tan mal Anubis?

—No me cae mal, simplemente no me inspira confianza.

—Lo que dijiste, no lo conoces, yo prefiero darle el beneficio de la duda.

—Bueno, no es como que te lo fueras a cruzar nuevamente de todos modos.

—Ya niños, no peleen, mejor hablemos de la cena de esta noche —interrumpió Taylor.

—Tienes razón, ¿Adónde nos llevarás, Dante?

—Pues estuve buscando algunos lugares para ir a cenar que sean decentes, baratos y que tengan buena comida sobre todo, aunque depende de qué tengan antojo de comer todos.

—Yo tengo antojo de comida italiana la verdad.

—A mí se me antoja comida mexicana —dijo Taylor.

—Mi amiga me dijo que le gustarían unas hamburguesas.

—Es una buena opción también, ¿Ya le preguntaron a Rosé?

—Ella me dijo que le gustaría comer pizza, supongo que la italiana estaría bien para ella ¿Tú le preguntaste a Devin, Dante?

—Si, me dijo que comida mexicana, así que hay un empate entre la italiana y la mexicana.

—Tú no has votado.

—Yo estoy bien con cualquiera de las opciones.

—No seas un bienqueda y elige coño.

—No soy un bienqueda, es la verdad, todas las opciones se me antojan.

—Típico.

—Mira, la forma más sencilla de resolver esto es usando la técnica más eficaz y ancestral de la historia.

—No estarás hablando en serio.

—Hablo muy en serio —dije al momento que metí mi mano en el bolsillo para sacar una moneda— Elige, cara o cruz.

—Pufff, cara.

—Entonces cara será mexicana y cruz será italiana ¿Te parece Anya?

—Si, por mí está bien.

—Ok, aquí vamos —tiré la moneda al aire haciendo que diera varios giros hasta que fue cayendo y la tomé con mi mano poniéndola en mi brazo para desvelar el resultado— Bien, veamos que es —quité mi mano para mostrar el lado de la moneda que había caído— Cruz, entonces comida italiana será, felicidades Anya.

—¡Yay!

—Bueno, no está mal, también me gusta la comida italiana.

—Ve el lado bueno Taylor, Rosé también quería comida italiana, así que ella también sale ganando.

—Bueno, eso sí.

—Entonces así quedamos chicas, comida italiana, de los lugares que estuve viendo había uno de comida italiana llamado Pastaria, tenían un All You Can Eat a un precio bastante asequible, podemos pedir ese cada uno y pedir de varios platillos e irlos probando todos.

—Suena bien, me gusta ese plan.

—Excelente, la democracia manda, disfruten lo votado jajaja.

Al mismo tiempo que tomamos la decisión de ir a ese restaurante de comida italiana el timbre sonó dando por terminada la clase de Biología, la profesora se despidió de nosotros y se llevó los reportes con ella, el resto del salón empezó a ponerse de pie y desalojar el salón poco a poco lo cual nosotros también nos dispusimos a hacer para ir a nuestro primer receso del día para descansar un poco y seguir charlando.

...

La mañana se había terminado al igual que la semana de clases, por fin era Viernes en la tarde y éramos libres, al menos por dos días, las chicas y yo nos dirigíamos a mi casa para de ahí salir directo a Pastaria, Devin y Rosé se irían al restaurante y nos encontraríamos con ellos allá, al llegar a mi casa pude ver a mi mamá esperándome afuera, y creo que sé la razón.

—Hola mamá.

—Hola cariño ¿cómo estuvo la escuela?

—Normal, no me quejo.

—Es bueno saberlo ¿qué tal su día, chicas? —preguntó a mis dos acompañantes.

—Aburrido, pero ahora se pondrá divertido —dijo Taylor mientras reía levemente.

—Pues la verdad que estuvo bien, concuerdo con Taylor en que ahora mejorará, aprovecho para darle las gracias nuevamente por haber hablado con mis padres, Denise, sin usted no habría podido acompañar a Dante y al resto a cenar el día de hoy —dijo Anya de forma alegre.

—No tienes que agradecérmelo, Anya, lo hice con gusto, comprendo perfectamente la postura de tus padres y por lo mismo no quise anular su criterio, simplemente abogué por ti.

—De verdad quiero hacerlo, hasta hice que se comprometiera a llevarme a casa personalmente, siento que le estoy causando muchas molestias.

—Para nada querida, desde el principio quise llevarte a casa sin problema alguno, pero bueno, entren y prepárense, saldremos dentro de poco, aunque primero creo que querrán saludar a alguien.

—Tienes toda la razón mamá, vamos chicas, hay alguien que quiero que conozcan.

Procedimos a entrar al interior de la casa, nos dirigimos a la sala y ahí pude ver a mi mejor amiga de la infancia sentada en el sillón más grande haciendo zapping en el televisor, al escuchar mis pasos volteó su mirada hacia mí.

—Ya llegó por quién llorabas.

—La modestia siempre por delante contigo —dijo al mismo tiempo que se ponía de pie y caminaba hacia mí.

—Nunca por detrás —la abracé afectuosamente para después voltear hacia las chicas que estaban paradas detrás de mí y hacerles un gesto para que se acercaran— Glorland, ellas son Anya y Taylor, mis dos amigas del instituto.

—Un gusto Glorland, Dante nos ha hablado mucho de ti —dijo Taylor extendiendo su mano para saludar a Glorland a lo que esta correspondió el saludo.

—Me imagino, lo que más hace es hablar, llevo años aguantándole —apuntó de forma sarcástica— Y tú debes de ser Anya.

—Así es, es un placer —extendió su mano y Glorland la estrechó.

—Igualmente, veo que estás bien acompañado en ese lugar.

—Era lo que había, no siempre se tiene lo mejor sabes.

—¡Oye! —exclamaron ambas al unísono.

—Jajaja calmadas, es una broma.

—Tranquilas, con el tiempo se acostumbran.

—¿En serio? —preguntó Anya.

—Nop, pero pueden desquitarse con él luego y no podrá reclamarles nada.

—Jajaja suena a un buen plan.

—Gracias por los tips eh, siempre tan considerada tú.

—Es mi trabajo.

—Bueno ya, nos quedan 30 minutos antes de la hora de partida, la reservación está hecha así que hay que prepararnos.

—Si patrón —respondió Glorland de manera sarcástica.

Y así hicimos, mi mamá acompañó a las chicas al cuarto de huéspedes para que pudieran cambiarse ahí mientras yo me fui a mi habitación a ponerme ropa limpia, podría usar la misma que llevé al instituto pero no huele muy bien que digamos después de un día entero de uso.

 Pasaron unos minutos cuando ya tenía mi outfit preparado, me peiné, me perfumé y me cepillé los dientes y ya estaba listo para salir, como era de esperarse a las chicas les tomó un poco más de tiempo el cambiarse, menos mal ya traían sus atuendos preparados, de haber tenido miles de opciones de sus respectivos armarios habría tomado horas. 

Una vez estábamos todos listos entramos al auto de mi mamá, nos acomodamos en nuestros asientos y nos dirigimos al restaurante, Glorland iba en el asiento de copiloto mientras que yo iba atrás con las chicas, durante el trayecto todos íbamos charlando y decidiendo que pediríamos al llegar, de repente siento mi teléfono vibrar y veo que tengo varios mensajes, tengo uno de Devin confirmándome que ya se encontraba en el restaurante en el área de espera, le respondí simplemente "Cool, ya vamos para allá", el otro mensaje era de Glorland, me preguntó que querrá.

—¿Vas cómodo atrás?

—Bastante ¿y tú? No has hablado casi en todo el trayecto.

—Sabes bien porqué.

—Si, lo sé, por eso aprecio que aceptaras tener esta salida, sé que no es lo que planeaste para tu primer día aquí pero igual te la pasarás genial, ya verás.

—Tienes suerte de que tu amigo canino aceptara acompañarnos, espero que haga que valga la pena esto.

—Creo recordar que te dije que no lo espantaras.

—Y yo creo haberte dicho que no pasará, así que tranquilo.

—Bien, te estaré vigilando.

Después de mandarle ese último mensaje guardé mi celular y me percaté que ya estábamos cerca del restaurante. Al llegar mi madre buscó un lugar donde estacionar el auto para que pudiéramos bajarnos, al encontrar uno procedimos a bajar del vehículo.

—¿Segura que no quieres acompañarnos, mamá?

—Descuida hijo, iré al supermercado a comprar algunas cosas que hacen falta en la casa, diviértete con tus amigos.

—Gracias mamá, eres la mejor, te amo —me acerqué para darle un beso en la mejilla.

—Yo también te amo hijo, pórtate bien.

—Yo siempre.

—Bien, nos vemos chicas, cuiden a mi muchacho, cuando hayan terminado me avisan para venir por ustedes.

—Gracias Denise, y no te preocupes, nos aseguraremos de que no queme el restaurante —dijo Taylor.

—Gracias por eso, adiós, nos vemos luego —se despidió mi madre antes de arrancar y salir del estacionamiento.

—Bueno, vamos, Devin ya me dijo que está adentro.

—Rosé está con él, ella llegó hace algunos minutos también.

—Bueno, no se diga más, entremos ya —dijo Glorland a lo que todos la seguimos.

Nos dirigimos a la entrada del restaurante y al entrar nos topamos con la zona de espera en la que Devin y Rosé ya estaban esperándonos, nos acercamos a saludar y les presenté a Glorland a ambos, una vez todos listos me acerqué a la chica que atendía en dicha zona.

—Buenas noches señorita.

—Buenas noches caballero ¿Hizo reservación?

—Así es, a nombre de Dante Specter.

—Con gusto —empezó a ver el monitor que tenía enfrente de ella— Aquí está Sr. Specter, mesa para seis, sígame, los llevaré a su mesa.

—Muchas gracias.

Empezamos a seguir a la mesera que nos guiaba a nuestra mesa, una vez ahí nos dispusimos a sentarnos, Glorland buscó sentarse al lado de Devin para poder conversar con él, Taylor hizo lo propio pero con Rosé y al final me quedé yo a la par de Anya, ya acomodados revisamos los menús que estaban en la mesa para ponernos de acuerdo en qué pedir.

—El plan está así chicos, el principal atractivo de este lugar es que ofrecen un All You Can Eat que permite pedir pizzas, paninis, ensaladas, sopas y pastas por un precio asequible, eso sí, cada uno tiene que pedir su propio All You Can Eat, la ventaja es que podemos pedir en el orden y cantidad que queramos, así que podemos organizarnos en pedir un platillo diferente cada uno e irnos compartiendo para que todos probemos de todo ¿qué les parece?

—Suena bien —dijo Devin— me parece un buen plan, no sé qué piensen los demás.

—Por mí está bien —dijo esta vez Rosé.

—Si a Rosé le parece bien está bien para mí también —siguió Taylor.

—Concuerdo con los demás, de todas formas ya sé qué pediré primero jajaja —continuó Glorland.

—Si que pensaste en todo eh —respondió Anya.

—Que te digo, quería que todo saliera bien hoy.

—Me gusta tu entusiasmo, bueno, creo que lo haremos así.

—Bien, llamaré al mesero para que tome nuestra orden.

Y así lo hice, llamé al mesero que pasaba por ahí y le pedí 6 All You Can Eat's a lo que cada uno procedió a pedirle el platillo de su elección al mesero, y como acordamos cada uno pidió algo diferente para poder ir compartiendo entre todos. 

Después de unos 30 minutos nos trajeron los platillos, pedimos uno de cada uno, yo pedí pizza, Anya una pasta, Taylor una ensalada, Rosé una sopa, Glorland un panini al igual que Devin, probamos nuestros platillos y se los pasamos a los demás para que todos pudieran probar, el siguiente paso como es obvio fue pedir del resto de opciones que había en el menú, y entre medias mientras degustábamos nuestra deliciosa comida aprovechábamos para platicar un poco.

—Y dime Devin ¿estudias o trabajas? —preguntó Glorland.

—Pues ambas, trabajo medio tiempo en el lugar de arcades que ellos visitaron ayer y estudio el tercer año de bachillerato, el próximo año empiezo la universidad.

—Genial, me parece bueno que trabajes por tu cuenta.

—Si, no es nada lujoso o estrafalario pero me sirve para ganar mi propio dinero y ayudar a mi familia.

—Si, eso es lo importante.

—¿Y desde cuándo conoces a Dante?

—Ufffff, lo conozco desde hace años, mi padre y su padre eran amigos.

—Cool, se puede decir que son amigos de toda la vida.

—Si, básicamente.

—Genial, pues deben ser buenos amigos para que su amistad haya durado tanto.

—Eso es mérito mío, si dependiera solo de él nuestra amistad habría ido a pique hace años.

—Muy graciosa —dije interrumpiendo su plática— Ahora resultará que el que me jugaras una broma pesada cuando apenas nos conocíamos va a ser mi culpa.

—¿Broma pesada? —cuestionó Devin.

—Básicamente llevábamos como un mes siendo amigos y se le ocurrió la brillante idea de escribirme de un número desconocido y decirme que no confiara en ella, porque tramaba algo en mi contra y que no era lo que parecía, y claro a un niño le dicen eso y se alarma, encima diciendo que planeaba hacerle daño a mi familia.

—No jodas, si te pasaste un poco eh Glorland.

—Vamos, era una simple broma, luego de unos minutos le dije que se trataba de mí.

—Si, hasta que le dije a mi padre y planeaba rastrear el número y detener al delincuente en cuestión que era ella.

—Jajaja no puede ser, vaya lío provocaste.

—No me imaginé que no entendieran mi sentido del humor.

—Bueno, pero a pesar de eso aquí estamos, contándote esto como una simple anécdota.

—Un giro argumental inesperado.

—Tal cual jajaja.

Después de contar esa anécdota dirigí mi mirada a Taylor y Rosé, por alguna razón estaban perdidas en su particular plática, se habían vuelto bastante cercanas de repente.

—¿Qué tal tu comida, Taylor?

—¿Ah? —algo distraída— Ah, mi comida, si si, bien, está rica, nunca había probado una crema de porro y patatas, así que estoy gratamente sorprendida.

—Me alegro, ¿y tú comida, Rosé?

—E-Está rica.

—Genial, esa pasta de 4 quesos se ve deliciosa.

—S-Sí, sí me pasas de tu pizza de Chicken Bites te doy de mi pasta.

—Trato hecho.

La noche fue pasando poco a poco, degustando platillos exquisitos, contando chistes y anécdotas de todo tipo, y conociéndonos más todos en general.

—¿O sea que hay un vigilante misterioso las salvó de esos malditos?

—Si, literalmente salió de la nada —apuntó Taylor.

—Y así como llegó se fue, sin dejar rastro —aclaró Anya.

—Increíble, Dante no me había hablado sobre eso.

—Si te conté lo que le pasó a las chicas.

—Si, pero no lo del tal Anubis.

—Es que a Dante le cae mal.

—No me cae mal, simplemente no me inspira confianza.

—Eso quiere decir que te cae mal.

—No Glorland, simplemente que no me encaja el tipo, es todo.

—Ya, pero que horrible debió ser pasar por todo eso.

—Si, hizo que mi incidente en el primer día se viera como juego de niños.

—¿Qué te pasó?

—Un tipo me venía acosando al salir del instituto, por último se puso demasiado intenso porque le dije que se fuera varias veces y no hacía caso, hasta el punto de que se estaba poniendo muy agresivo, en eso llegó Dante y ahuyentó al tipo.

—Te he criado bien.

—Me crio mi mamá y mi papá, niña.

—Oye, merezco mi cuota de mérito.

—Te diré que sí para que me dejes terminar mi panini en paz.

A medida que pasaba el tiempo y la comida en nuestros platos era devorada un fuerte sueño se hizo presente y casi que terminaba por noquearnos a todos, pero con las pocas energías que nos quedaban nos preparamos para pagar, llamé al mesero para pedirle la cuenta y cuando este volvió con ella procedimos a juntar el dinero y pagar cada quien su parte.

Una vez reunido el dinero el mesero lo tomó, nos dejó una copia del recibo y se retiró dándonos las gracias por haber visitado el lugar, y no sería la última vez que lo haríamos ya que la comida como la atención del personal fue de 5 estrellas a mi parecer. 

Le escribí a mi mamá avisándole que ya habíamos salido del restaurante y nos pusimos a esperarla en el estacionamiento, Devin fue el primero en irse ya que él se desplazaba en su moto, luego fue el turno de Rosé que la fueron a traer sus padres, y pasados unos minutos llegó mi mamá a traernos a los 4 restantes. 

Nuestro primer destino era la casa de Taylor, lo bueno es que el restaurante quedaba cerca de su casa y de la de Anya, por lo que llegaríamos en un santiamén, una vez en su casa nos despedimos de ella, ella se bajó del auto de mi mamá y entró a su casa, acto seguido nos pusimos en marcha hacia la casa de Anya para luego emprender camino de regreso a la mía.

Una vez en la casa de Anya vimos cómo sus padres la esperaban afuera en la puerta, por lo que Glorland y yo nos despedimos de ella y mi madre se bajó del auto con Anya para hablar con sus padres y supongo que agradecerles por acceder a que su hija saliera con nosotros, una vez adentro de su casa mi mamá volvió al auto y nos dispusimos a volver a casa.

—¿Cómo te fue con Devin?

—Bien, hablamos de unas cuantas cosas, tenemos bastante en común, me cayó bien la verdad.

—Excelente, me alegro por ti Glorland.

—Gracias ¿y tú?

—¿Yo qué?

—Oh por favor, no creas que no lo noté.

—¿Qué cosa?

—Anya y tú, hay algo entre ustedes dos.

—¿Qué? Para nada.

—Vamos, se la pasaron compartiendo comida, charlando, se sentaron juntos, noté como te veía cuando hablabas con uno de nosotros y lo mismo contigo.

—No pasó nada, en serio, todos compartimos comida, Taylor y Rosé también.

—Bueno, es que ellas son algo aparte también eh, hay vibra entre ellas.

—¿Tú crees?

—Claro que sí, no las conozco tanto como tú pero noté algo particular entre ellas.

—Bueno, puede que tengas razón.

—Así como contigo y Anya.

—No dejarás de insistir ¿no?

—Soy tu mejora, sabes que no lo haré.

—Me lo veía venir.

Glorland es mi mejor amiga, aunque a veces salga con cosas como esta, por favor, Anya y yo solo somos amigos, si hubiera habido algo, alguna indirecta, alguna señal o algo en particular que me dijera que le gusto lo habría notado, entre nosotros solo hay amistad, nada más que eso ¿verdad?

Próximo capítulo