Realmente no estás hecha para ser la Reina.

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—No dejaré a Nux.

Astaria estrechó sus ojos.

—No deseo el trono si eso significa que tendría que renunciar a Nux.

—Nunca dije que tenías que renunciar a Nux, solo quiero que él renuncie a sus otras esposas —dijo ella.

—Yo ha

—Nux nunca renunciaría a ninguna de sus esposas.

Antes de que Nux pudiera decir algo, Evane habló.

De repente, una expresión burlona apareció en la cara de Astaria y ella preguntó:

—¿Heh? ¿Qué pasó con quedarse contigo por el resto de tu vida? Si te ama tanto como dice hacerlo, algo así sería simple, ¿no?

En la mente de Astaria, las palabras de Evane demostraron directamente su punto. Las relaciones no eran más que una carga. Sin embargo, Evane pensaba diferente.