Tal vez, sabiendo que no podría escapar —no sin antes matar al Monstruo Tiranosaurio—, el Carnicero Sombrío Caminante Nocturno decidió tomar algunas medidas drásticas.
Acumuló Energía Abisal en su boca y la disparó contra el Dinosaurio a quemarropa, sin importarle si también resultaría atrapado en el ataque o no.
Sangre y carne se esparcieron desde el pecho del Monstruo Tiranosaurio, pero sus mandíbulas permanecieron aferradas a su presa, hundiendo sus dientes aún más profundo mientras ejercía toda su fuerza para arrancarle la cabeza al Caminante Nocturno.
Una y otra vez, el Caminante Nocturno desataba una lluvia de ataques de aliento contra su captor. Pero este último ignoraba todo y continuaba aferrándose firmemente. Tal vez, el Dinosaurio sabía que una vez que su agarre sobre el Monstruo Abisal se debilitara, no tendría la oportunidad de hacerlo de nuevo.
—¡Diablo! ¡Hazlo! —rugió Lux mientras convocaba a Diablo para que se uniera a ellos en el campo de batalla.
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