Las cadenas translúcidas eran extrañas —abstrusas y enigmáticas.
Estaban envueltas en esa misma presencia esotérica que el Significado ofrecía, lo cual era de esperarse considerando que las cadenas estaban forjadas del Significado del Ancla.
Sin embargo, a menos que tuvieras la Mente de un Maestro, comprender su significado era prácticamente imposible. Además, no se podía enseñar de boca a boca. Solo se podía sentir a través de la experiencia.
La situación actual de Kieran era algo similar pero también fundamentalmente diferente. Para entender, tenía que sentir, pero sentía y no podía entender.
Podía sentir las cadenas, sentir a qué estaban sujetas, pero no podía derivar una respuesta de lo que sentía. No podía comprender la gravedad del poder que ejercía.
Estaba más allá de él, pero también era su único privilegio que los demás no tenían. Afortunadamente, ese privilegio no se limitaba a poseer las cadenas.
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