Mientras caminaban hacia la biblioteca, Ashley se sentía un poco avergonzada por toda la atención que estaban recibiendo. No estaba tan acostumbrada a ello, porque aunque algunas personas siempre se le acercaban, ella intentaba mantener una postura más reservada y discreta en el campus para no atraer la atención.
Klaus notó su malestar e intentó tranquilizarla:
—No te preocupes, Ashley. Solo miran porque eres increíble.
Ashley le sonrió a Klaus, agradecida por su amabilidad. Minutos después, finalmente llegaron a la grandiosa biblioteca del campus NIST, que era un lugar majestuoso y moderno con una arquitectura audaz y bien iluminada. Ya en el amplio vestíbulo principal, había interminables estanterías y cómodas áreas de estudio que invitaban a los estudiantes a estudiar en un ambiente tranquilo y sofisticado.
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