—Si ese es el caso, está bien. Empecemos ahora —dijo Klaus.
Ashley Cox sonrió dulcemente y preguntó:
—Ya que es un desafío y tienes la oportunidad de salir conmigo, ¿qué ofreces si pierdes?
—Um. Si pierdo, saldré contigo —respondió sinceramente, después de todo no era una mala pareja romántica en absoluto.
Ella lo miró fijamente, lo examinó de arriba abajo, puso morritos y negó con la cabeza. —No me vengas con eso. No soy el tipo de mujer que caerá por tu jueguito. Si pierdes, tendrás que volver en el tren cuando lleguemos a Woodbury, así tendré un competidor menos, lo cual será genial para mí.
—Trato hecho —Kaizen aceptó sin dudarlo. Había visto jugar a ella y pensó que era mucho más lenta que él. Por lo tanto, confiaba en que podría vencerla fácilmente en un juego simple como ese.
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