Donde todo comenzó

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—Justo ahí —murmuró Arin, todavía avergonzada por aceptar la ayuda de June.

Estaba a punto de salir del coche cuando June de repente tomó su muñeca. Los ojos de Arin se abrieron de par en par, y sintió que el ritmo de su corazón se aceleraba.

—¿Qué te pasa? —exclamó ella, retirando rápidamente su mano.

—No puedes salir aquí —dijo June—. Hay gente alrededor. Entraremos al estacionamiento.

Arin apretó los labios, sintiéndose un poco decepcionada.

—Ah, cierto. Casi lo olvido —eres un ídolo —murmuró ella.

Jay condujo hasta el estacionamiento subterráneo y examinó la zona antes de abrir la puerta.

—Ya puedes irte —dijo June.

Arin rodó los ojos y murmuró un pequeño "gracias" antes de salir del coche.

Jay negó con la cabeza, riéndose mientras los dos se alejaban del complejo de apartamentos.

—Todavía no entiendo por qué se comporta así —dijo June.

—Sigo creyendo que se siente atraída por ti —respondió Jay en un tono cantarín.

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