Capítulo 2 - El Signo

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Un joven caminaba por las calles de una ciudad animada pero sucia.

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En este momento, eran las 2:00 am, pero el sol aún brillaba.

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Siempre estaba brillando.

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No había un solo momento en que no brillara.

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Así había sido durante miles de años y así continuaría durante miles de años más.

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El sol estaba directamente en el medio del cielo, aparentemente justo encima del joven caminante.

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Sorprendentemente, aunque el sol estaba en medio del cielo, su luz no era muy brillante y abrumadora sino tenue y de un color más anaranjado-amarillento.

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Para los ciudadanos de la Ciudad Hongo Carmesí, actualmente era de noche. Aunque, cuando uno hablaba de noche, se refería al período entre las 10 pm y las 6 am. Esto no tenía nada que ver con el estado o la ubicación del sol, ya que eso siempre estaba estático.

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La mayoría de las personas dormían durante la noche. Nadie sabía realmente por qué, pero la mayoría seguía esa norma social porque sus padres, abuelos y todos los demás habían hecho lo mismo.

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Algunas personas locas decían que la gente dormía de noche porque, de alguna manera, el sol solía hacer algo llamado puesta en el pasado.

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Naturalmente, eso era idiota.

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¿Qué tan rápido tendría que moverse el sol para rodear la Tierra?

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¿Cómo se movería incluso?

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No tenía sentido.

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Mientras el joven continuaba caminando, vio varios tubos sucios, grasientos y oxidados que salían del suelo, que luego se deslizaban por las paredes dañadas y sucias de los edificios.

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El suelo de la ciudad era irregular, con la mitad hecho de roca escabrosa y la otra mitad de rejas oxidadas que conducían al subsuelo.

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El olor a gas y aceite cubría las "calles", pero la gente que vivía aquí ya se había acostumbrado.

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¡CRACK!

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De repente, una de las rejas debajo de las piernas del joven se rompió, y el joven comenzó a caer.

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Sin embargo, el joven simplemente extendió sus brazos reflejamente y agarró las rejas a su lado, deteniendo su caída.

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El joven tomó una respiración profunda y la expulsó antes de jalar su cuerpo hacia arriba.

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Después de jalar su cuerpo hacia arriba, miró alrededor de la calle buscando algo.

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Vio a un par de personas delgadas que estaban sentadas al lado del camino, hablando entre ellas. Como era de noche, no había mucha gente.

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—Oye, ¿sabes dónde puedo conseguir una gran lámina de metal? —preguntó el joven, Nick, al grupo.

Habían pasado dos años desde que Nick conoció al "erudito", y Nick ahora tenía 16 años.

El erudito le había hablado a Nick sobre su poder, e incluso le enseñó un par de cosas en los días siguientes.

Ahora mismo, Nick medía unos 180 cm de altura, lo cual era enorme para alguien que vivía en los Barrios Bajos. La comida disponible era horrible, lo que hacía difícil que las personas crecieran mucho.

El cuerpo de Nick también seguía siendo bastante musculoso, dándole una apariencia bastante intimidante.

El grupo frunció el ceño colectivamente al mirarlo. La figura corpulenta de Nick les intimidaba un poco. —¿Qué quieres? —dijo una señora mayor entre ellos con un tono de amenaza en su voz.

—Ya te dije lo que quiero —dijo Nick mientras se rascaba el lado de la cabeza—. Solo quiero una lámina de metal.

—¿Para qué? —preguntó la señora mayor con molestia.

Nick simplemente señaló el agujero en las rejas con su pulgar.

El grupo simplemente intercambió un par de miradas entre ellos.

—¿Quieres reparar el agujero? —preguntó la señora mayor con escepticismo.

Nick asintió. —Tengo la fuerza suficiente para detener mi caída y salir por mí mismo. Otros no —respondió.

La expresión de la señora se volvió aún más escéptica. —¿Y te importa eso?

Nick simplemente se rascó la nuca. —Quiero decir, yo lo rompí. También debería arreglarlo —dijo encogiéndose de hombros.

El grupo se miró de nuevo. 

Entonces, la señora mayor señaló una de las casas al borde de la calle.

La casa era básicamente una ruina. Un tercio de ella ya faltaba, y todo el metal de la casa ya se había oxidado. 

La ciudad tenía una sobreabundancia de metal, y todo el metal que las partes ricas de la ciudad ya no necesitaban terminaba en los Barrios Bajos.

Por eso también casi todas las casas aquí estaban hechas de metal oxidado.

—El ocupante lo dijo hace dos días —dijo la señora mayor, su voz neutra.

Nick asintió. Sabía lo que significaba "decirlo".

Básicamente significaba que la persona se había suicidado mediante un método específico.

—Gracias —dijo Nick mientras se dirigía a la casa en ruinas.

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Después de buscar un poco, Nick vio una placa de metal de dos metros de ancho y largo y comenzó a tirar de ella.

Lamentablemente, al constructor de la casa parecía aterrarle la idea de que su casa se derrumbara, por lo que había soldado todo en conjunto.

Nick intentó durante un rato, pero la placa de metal solo tembló y emitió ruidos de crujido.

Simplemente, Nick suspiró y miró alrededor.

Luego, entró en la casa, lejos de cualquier mirada indiscreta.

¡BANG!

Una abolladura apareció en la placa de metal.

¡BANG! ¡BANG! ¡BANG!

Después de cuatro golpes, la placa de metal se desprendió de la casa y cayó al suelo en el exterior mientras Nick salía a través del nuevo agujero.

Los ojos del grupo anterior se abrieron de par en par en shock.

Sabían que este joven era fuerte por su estatura, pero ¿¡no era esto un poco demasiado?!

¿¡Cuánta fuerza se necesitaría para abollar una placa de metal tan grande?!

Claro, no era super gruesa, ¡pero esto seguía siendo metal!

Nick arrastró la placa de metal a través de la calle con bastantes dificultades, confundiendo aún más al grupo.

¡El chico acababa de abollar la placa, pero ahora tenía problemas para llevarla?!

¡Esto no tenía sentido!

Un par de segundos después, Nick colocó la placa sobre el hoyo en la rejilla que había creado antes y se limpió el sudor de la frente.

Camino sobre la placa y saltó un poco. El metal crujía, pero no se movía.

Si el metal podía soportar a Nick saltando sobre él, nadie tendría problemas para caminar por encima de él.

Nick asintió satisfecho y continuó caminando por las calles.

Saludó al grupo mientras se alejaba.

—¡Oh! ¡Ahora sé quién es! —gritó uno de los jóvenes del grupo un par de segundos más tarde.

Los demás lo miraron. —¿Lo conoces? —preguntaron.

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El joven asintió.

—Es ese tipo raro del mercado.

—¿El tipo raro? —repitió otro del grupo con incertidumbre—. Oh, ¿te refieres al que simplemente se sienta allí con un cartel todo el día?

—Sí, ese tipo —dijo el otro asintiendo—. No lo reconocí porque parece mucho más pequeño cuando está sentado.

Los demás levantaron las cejas entendiendo.

Algunos de ellos miraron de nuevo la casa en ruinas con una nueva comprensión.

Eso explicaba cómo tenía la fuerza para romper el metal.

—Esto significa que tiene un Sincronizador Zephyx sintonizado, ¿verdad?

Los demás solo asintieron. —Según su cartel, sí.

La señora mayor del grupo miró la placa de metal en medio de la calle.

—Sabes, si los demás siguieran su ejemplo y repararan lo que rompen, los Arrabales no estarían tan mal —comentó.

Nick continuó caminando por la calle, y un par de minutos después llegó a una gran plaza.

A comparación de las calles, la plaza estaba mayormente hecha de piedra, y las paredes no estaban demasiado sucias.

Nick pudo ver a varios comerciantes estacionados alrededor de sus carros llenos de mercancías.

Dado que era de noche, solo los comerciantes más pobres y los más ricos vendían sus mercancías.

Los más pobres vendían de noche puesto que había mucha menos competencia, y los más ricos hacían lo mismo porque podían simplemente contratar a alguien para mantener su tienda abierta todo el tiempo.

El otro 80% de las tiendas solo abría entre las 6 am y las 10 pm.

Nick cruzó la plaza hasta llegar a la carretera más ancha de los Arrabales.

La carretera llevaba a una de las salidas de Ciudad Hongo Carmesí.

Al llegar al lugar donde la carretera y la plaza se encontraban, Nick se detuvo y caminó hacia un lado.

Después de sentarse, Nick sacó un rollo de cartón y lo desenrolló antes de ponerlo en una varilla metálica que había traído consigo.

Por último, Nick simplemente levantó su nuevo cartel y esperó.

—¡Extractor de Zephyx busca trabajo!

Y luego, esperó.