—¿Por qué... por qué me siento tan frustrado? —Cuando Adonis estaba entre sus compañeros de clase, escuchando las palabras del gran Ralyks, no pudo evitar apretar los dientes. Una sensación de inquietud e incomodidad se apoderaba de él, y se calmaba apretando su mano mientras colocaba ambas manos detrás de él. Se esforzó por mostrar una expresión neutra, pero cualquier persona observadora podía notar que estaba molesto.
—Nunca fui tan fuerte en mi vida anterior. Ninguno de nosotros lo fue. Este poder que tiene el Señor Ralyks es irreal... —Sus pensamientos resonaban mientras miraba la figura envuelta en oscuridad—. ... Honestamente, no debería existir. Sin embargo, estoy agradecido de que así sea. Si no, todos estaríamos muertos y la humanidad ya habría perdido.'
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