—Deja de bromear —La voz de Raine era ligeramente ronca, quería darle una palmada en el hombro como solía hacer, pero no podía.
La sábana de Calleb estaba teñida de un color rojo que se había oscurecido más de lo normal para el color de la sangre y él estaba extremadamente pálido y débil.
—Torak, ¿qué debemos hacer? —Raine corrió hacia Torak mientras miraba a su compañero, pidiéndole que hiciera algo por Calleb, él podría idear algo, ¿verdad?
Torak sostuvo a Raine a su lado mientras se acercaba a la cama y se agachó para estar al mismo nivel de los ojos que su Gamma.
—¿Cómo te sientes? —Torak frunció el ceño cuando el olor de la sangre era tan espeso como si estuviera mezclado con algo desagradable.
¿Veneno?
—Terrible —Calleb dijo mientras cerraba los ojos de nuevo, no sabía por qué no podía recuperarse, y aún recordaba cómo el otro licántropo murió dentro de esa habitación después de ser mordido por ese maldito niño—. ¿Moriré aquí?
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