—¿De verdad? ¡Eso es genial! Gracias, Tristán. ¿Escuchaste eso, FaMo? ¡Puedes quedarte aquí con nosotros! —exclamó alegremente Zhen-Zhen.
Debido a su emoción, sostuvo a FaMo muy fuerte, apretándolo contra su pecho como si fuera una almohada.
Tristán solo miraba a Zhen-Zhen y su nueva mascota con diversión, deseando ser él quien estuviera siendo abrazado por Zhen-Zhen, y no su lindo gato negro, regordete y peludo.
—Zhen-Zhen, ¿puedes acariciarme también a mí? ¿Qué gato tan afortunado, no? —murmuró para sí mismo Tristán mientras miraba a FaMo siendo presionado entre los pechos de Zhen-Zhen.
Después de un rato, Tristán sacudió la cabeza intentando sacar esos pensamientos pervertidos de su mente.
—Por el amor de Dios, ¿estoy sintiendo celos incluso de una simple mascota? Limpia tu mente, Tristán. Esto no te parece —se regañó internamente.
Tristán dirigió su mirada hacia la expresión dichosa de Zhen-Zhen. Viendo su rostro iluminado como el sol con su gentil sonrisa y sus chispeantes ojos azules, pensó que había tomado la decisión correcta.
No podía soportar verla triste, por eso aceptó quedarse con FaMo y criarlo como su mascota aunque no estaba acostumbrado a cuidar mascotas, especialmente animales peludos.
Además, no odiaba esos animales. Solo que era muy protector con Hannah. Cuando era niño, hubo un tiempo en que quiso tener un perro.
Pero después de lo que le pasó a Hannah, Tristán perdió el interés en tener una mascota. Simplemente renunció a la idea por mantener a Hannah segura.
Pero ahora, por Zhen-Zhen, intentaría criar un gato. Tenía que admitir que FaMo era un exceso de ternura: tan esponjoso y regordete. Los oscuros ojos de ónice de FaMo complementaban su brillante pelaje negro.
Al percibir la curiosidad de Tristán hacia FaMo, Zhen-Zhen extendió las manos, acercando a FaMo hacia Tristán. Tanto FaMo como Tristán le dieron una mirada interrogante.
Ella sonrió dulcemente y dijo:
—¿También quieres tocarlo? Aquí, intenta. Se siente muy suave.
Los ojos de FaMo se abrieron incrédulos. Podía soportar que Zhen-Zhen lo tocara por todo su cuerpo, ¿pero Tristán? ¡No! A FaMo no le gustaba esa idea.
Para él, aún era la legendaria criatura dragón y era superior a Tristán. Su orgullo no podía aceptar que iba a ser una mascota de un humano ordinario como Tristán.
—¡Zhen-Zhen! Esto no formaba parte de lo que me habías pedido hace un rato —se quejó FaMo a Zhen-Zhen a través de su enlace mental.
—¿Eh? FaMo, no tienes de qué preocuparte. Te tratará bien, justo como me trata a mí —Zhen-Zhen lo tranquilizó.
FaMo rodó los ojos. Esto iba en contra de su voluntad, pero no tenía elección. Tenía que cumplir con la petición de Zhen-Zhen. Al igual que Tristán, no quería decepcionar a su amo que ahora era su amigo.
Mientras tanto, Tristán desviaba la mirada entre FaMo y el pecho de Zhen-Zhen. Al escuchar sus palabras —¿También quieres tocarlo? Se siente tan suave. —En vez de pensar en FaMo, la imagen de los hermosos pechos redondos de ella se le vino a la mente.
—Sí, quiero tocarlo otra vez… y sentir la suavidad de tus gemelos —Tristán pensó para sí mismo mientras sus ojos se oscurecían con deseo. Sentía la boca de repente seca.
¡Maullido! ¡Maullido!
Los lamentos quejosos de FaMo sacaron a Tristán de sus ensoñaciones.
—¡Maldición! ¿Qué estoy pensando? ¡Controla tus impulsos, Tristán! —se recriminó a sí mismo con cuatro exclamaciones.
—¿Tristán? ¿Estás bien? ¿Por qué de repente te pusiste rojo? —le preguntó curiosa Zhen-Zhen.
¡Cof! ¡Cof!
Tristán se aclaró la garganta y miró hacia otro lado. No podía mirarla directamente a sus inocentes ojos. Se sentía culpable… culpable de haber fantaseado con su desnudez y de desear haberla tocado hace un rato.
Tristán se rió incómodamente y dijo:
—Jeje. No es nada. Creo que solo tengo hambre.
—Hambre y ganas de devorarte —su alter ego expresó sus pensamientos internos.
Después de escuchar eso, Zhen-Zhen puso a FaMo en el suelo.
—Está bien. Comamos primero. Puedes jugar con FaMo la próxima vez —dijo Zhen-Zhen.
FaMo se sintió aliviado después de que finalmente lo soltara. Por ahora estaba a salvo. Su orgullo como el poderoso dragón seguía intacto. Para asegurarse de mantenerlo por lo menos por un día, FaMo huyó de inmediato corriendo hacia su habitación, dejando a Tristán y Zhen-Zhen en el comedor.
Pronto, Tristán y Zhen-Zhen comieron juntos su almuerzo.
—¿Te gusta la comida? Esta comida fue cocinada y preparada por mi madre, tu futura suegra —dijo Tristán mientras la observaba disfrutar de la comida.
Zhen-Zhen le dio dos pulgares hacia arriba.
—Sabe deliciosa. La suegra cocina muy bien. ¿Puedo pedirle que me enseñe a cocinar para así poder cocinar también para ti como tu esposa?
Tristán se rió maravillado después de escuchar eso. Zhen-Zhen realmente estaba entusiasmada en convertirse y actuar como su amorosa esposa.
—Por supuesto, puedes pedírselo. Creo que ella estará feliz de enseñarte. Pero te advierto. No uses tu fuego para cocinar frente a Mamá. Se desmayará al instante. Usa la estufa de gas. ¿Entendido?
Zhen-Zhen simplemente asintió con la cabeza, con una amplia sonrisa en su rostro. Estaba emocionada por conocer a los padres de Tristán.
—Muy bien.
—Tristán… ¿Cuándo puedo conocerlos? ¿A tus padres? —preguntó Zhen-Zhen.
—Hmm, tal vez después de un mes... cuando te familiarices más con este lugar y aprendas más sobre cómo vivir como una persona normal. Pero antes de presentarte a ellos, primero registraremos nuestro matrimonio.
—No te preocupes, Tristán. Haré mi mejor esfuerzo.
—No te presiones, Zhen-Zhen. Solo disfruta tu estadía aquí. Yo me encargaré del resto. Matthew también nos está ayudando —le dijo Tristán suavemente.
—Está bien. Entiendo.
Después de un rato, los dos terminaron toda la comida dentro de la lonchera. Tristán le enseñó a lavar los platos.
Acababan de limpiar el fregadero y el comedor cuando Tristán sacó el tema del viaje fuera de la ciudad.
—Zhen-Zhen, tengo algo que contarte.
—Hmm, ¿qué es?
—Dentro de dos días me iré de Ciudad del Imperio debido a nuestra Investigación de Campo. Me quedaré en Ciudad de Oceaniz por una semana.
Zhen-Zhen se quedó en silencio al escuchar eso. Después, su expresión se tornó sombría.
—¿Y-Ya me dejas, otra vez? —Zhen-Zhen miró hacia abajo mordiéndose el labio inferior.
Tristán sonrió ampliamente al ver su expresión. Solo quería molestarla. Aunque no logró sorprenderla esa tarde, esta vez estaba seguro de que no fallaría.
Se movió frente a ella. Puso su mano izquierda en su hombro mientras llevaba su mano derecha a su cara. Levantó su barbilla para que sus ojos se encontraran.
—No, Zhen-Zhen. Esta vez… No te dejo. Te llevo conmigo. Vendrás conmigo a Ciudad de Oceaniz.
Como se esperaba, Zhen-Zhen se sorprendió mucho después de escuchar las declaraciones de Tristán.
—¿V-Voy… contigo? —Ella le preguntó de nuevo para confirmarlo.
Tristán asintió con la cabeza y una sonrisa.
Así, como por arte de magia, la expresión sombría de Zhen-Zhen desapareció en un instante. Fue reemplazada por su característica sonrisa alegre y encantadora. Estaba en las nubes después de que Tristán lo confirmara.
—¡Oh! ¡Tristán no me deja aquí sola! ¡Voy con él! ¿Puedo volar? No... no puedo. Tristán me ha dicho que no use mi poder. ¡Pero estoy tan contenta que quiero volar! —pensó Zhen-Zhen.