El líder rebelde

Tasha estaba furiosa. Miraba a Lucas como si fuera a devorarlo vivo. Desde que Kaizan le había dicho que solo regresara a los Valles Plateados con él, ella y su grupo habían buscado por todas partes para encontrarlo. No sabía quién lo había sacado bajo fianza, pero quienquiera que fuera, debía estar cerca de Murtagh. Y eso fue suficiente para que se olvidara de él. Durante una semana lo buscaron, pero no lo encontraron por ninguna parte. Tasha estaba segura de que este era el final de su carrera como soldado en los Valles Plateados porque si no regresaba con Lucas, Kaizan nunca le permitiría continuar.

La tensión la consumía como una enfermedad. Después de una semana, se había resignado a su destino de que nunca podría volver a la capital. Y eso también significaba que eventualmente descubrirían su mentira. Nerviosa, había dejado de comer e incluso vomitó una o dos veces. Al final decidió ir simplemente al líder rebelde y tomarlo desde ahí.