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Hija Maquinadora (2)

—Hermano Han, tengo curiosidad... —empezó Su Xiaofei.

—¿Curiosidad por qué? —preguntó Han Zijun, sin apartar la mirada del papel que sostenía, comprobando si su asistente había traído los medicamentos correctos para Su Xiaofei.

—Este veneno frío, ¿sabes de dónde proviene? —preguntó ella, queriendo saber si podía obtener más información sobre el veneno que logró matarla en su vida pasada de manera discreta.

—Se elabora a partir de una flor rara que solo puede crecer en las montañas. La dicha especie de la flor es muy difícil de cultivar pues es muy delicada, especialmente en lo que respecta al calor —explicó Han Zijun—. Como dije antes, el veneno es difícil de rastrear ya que no tiene olor ni sabor que revele su presencia, tal razón lo convierte en un método ideal para que algunas personas maten a otra discretamente sin dejar rastros.

La conversación entre los dos despertó cierto interés en Lu Qingfeng. Miraba de uno a otro y se dio cuenta de que Su Xiaofei estaba tratando de obtener información del médico.

—Entonces, doctor, ¿hay alguna forma de evitar ser envenenados por él? —preguntó, lo que sorprendió tanto a Su Xiaofei como a Han Zijun al mismo tiempo.

Pensándolo bien, ¿no sería mejor para ella saber cómo contrarrestar a Ye Mingyu en el futuro si la mujer intentaba envenenarla de nuevo?

—Hay dos formas sencillas de hecho, pero no muchos las conocen. La primera es el método de la aguja de plata. Si crees que tu bebida ha sido adulterada con veneno, sumergir una aguja de plata para ver si reacciona puede decirte si ha sido envenenada o no —Han Zijun no estaba seguro de por qué estos dos jóvenes estaban interesados en conocer las características del veneno frío, pero si podían protegerse de ser envenenados en el futuro, entonces no le importaba darles una charla al respecto—. Al contacto, si la aguja de plata se vuelve negra, la probabilidad de que hayas sido envenenado por el veneno frío o de cualquier otro tipo es alta.

—¿Y el segundo método? —preguntó Lu Qingfeng.

—Un poco inusual, pero coloca una flor recién cortada en la solución que sospechas está envenenada. Los pétalos de las flores se volverán de inmediato blancos, sin importar cuál fuera su color original —explicó Han Zijun—. Tiene sentido porque la flor de la que se deriva el veneno tiene pétalos prístinamente blancos.

—Pero no puedo llevar una aguja de plata conmigo todo el tiempo, ¿verdad? —murmuró Su Xiaofei.

—Dado que el veneno reacciona a la plata, supongo que puedes llevar joyas de plata y usarlas discretamente —dijo Lu Qingfeng, lo que hizo que Su Xiaofei lo elogiara sin cesar por ser demasiado inteligente.

—Cierto, podría hacer eso, Xiao Feng. ¡Quién sabe, en el futuro podría ser capaz de salvar la vida de alguien con este truco útil! —se rió y le dio una palmada en la espalda, un poco demasiado fuerte para el gusto de Lu Qingfeng. Su Xiaofei definitivamente no tenía idea de cuán fuerte y pesada podía ser su mano.

Antes de que ella y Lu Qingfeng abandonaran la farmacia, Han Zijun sacó un papel doblado del cajón de madera debajo de su mesa y se lo pasó a Su Xiaofei.

—Toma esto, Señorita Su. El Maestro Ouyang pasó por aquí más temprano y dejó esto para ti, ya que no tiene manera de contactarte. Dijo que olvidó pedir tu número y el de tu madre. Puedes decirme tu respuesta o escribirla en un papel también, y yo se la haré llegar —explicó Han Zijun.

Su Xiaofei lo observó por un momento. Parecía que el anciano era un visitante frecuente aquí como para confiar en Han Zijun para pasarle este mensaje.

Su Xiaofei desplegó el papel y leyó su contenido. Su rostro permaneció neutro, pero Lu Qingfeng notó el brillo divertido que apareció en sus ojos. Parecía que acababa de recibir buenas noticias.

Como era de esperar, el Maestro Ouyang hizo bien y reportó lo sucedido en su casa a la familia Yun. No estaba segura de cómo reaccionó el Viejo Maestro Yun a las noticias, pero dado que estaba siendo invitada a encontrarse con el anciano en la Mansión Yun, Su Xiaofei no tenía razón para rechazarla.

Recién renacida y a los dieciocho años, Su Xiaofei era consciente de que tenía recursos y dinero limitados. Si realmente quería adelantarse a sus enemigos, necesitaba recaudar fondos personales y expandir su red para evitar que Mo Yuchen y Ye Mingyu conspiraran contra ella.

La familia Yun tal vez no pudiera darle el dinero que necesitaba, pero no tenía dudas de que serían capaces de proteger a su madre si surgía algún problema. Además, al llevarse bien con la familia de su madre, podría ayudar a cumplir el deseo de esta al mediar la relación entre ambas partes.

—Gracias, Hermano Han, y confío en que pasarás mi respuesta al Maestro Ouyang. Por favor dile que necesito consultar con mi madre sobre esta invitación y te daré mi respuesta en mi próxima visita, si a él le parece bien —le dijo la genio doctor con una leve sonrisa, revelando la maligna intención en sus ojos.

—Entiendo. Entonces le informaré —respondió Han Zijun.

Su Xiaofei era consciente de la intención del anciano al invitarla, sin extender su invitación a su madre. Yun Guanyu planeaba ponerla a prueba, para ver si era lo suficientemente digna de ser aceptada por su familia, sin saber que a Su Xiaofei no le importaba en lo absoluto.

La única razón por la que Su Xiaofei los buscaba de esta manera era por su madre. No había necesidad de que se involucrara con el resto de su familia, a menos que pudieran abrirle nuevas puertas para utilizar.

Su Haoran estaba programado para volver a casa esta noche y ahora que ya había sembrado discordia entre él y su madre, era hora de que viera desmoronarse su matrimonio.

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