De vuelta en la Arena Cordon, Gilas no podía evitar preguntarse y preocuparse mientras esperaba impacientemente un informe de uno de sus hombres más confiables, a quien había enviado a realizar una investigación secreta con respecto al caso de la Dama Deni.
Nasser definitivamente tenía algo preparado para las finales, pero algo todavía no encajaba. Le había dicho claramente al hombre que Clara estaba fuera de límites. Y conociendo lo suficiente al hombre astuto, Gilas estaba seguro de que él no le haría daño, ya que ella y su territorio eran ambas piezas importantes en sus planes.
—Alfa Gilas, tengo noticias —lo saludó telepáticamente su mano derecha, Lino.
—¿Qué has descubierto?
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