—Entonces, ¿vas a construir una casa junto a la torre para hechiceros? —preguntó Atior. Cuando Rosalind estaba cerca, se quitaba la capucha que cubría su rostro. Debido a esto, Magda, que acompañaba a Rosalind, vio su cara.
Incluso Magda no pudo evitar maravillarse ante sus ojos que parecían brillar con diferentes colores.
—Sí.
—¿Tú— Tú vas a construir una casa para hechiceros? —Atior preguntó por segunda vez.
—¿Estás sordo? —Elias intervino—. Ya dijo que sí.
—Qué maleducado, —Atior rodó los ojos.
—¡Es de mala educación seguir haciendo preguntas cuando ya has oído la respuesta!
—¿Van a actuar así para siempre? —Magda susurró a Rosalind.
—Creo que sí, sí —dijo Rosalind—. Parece que Atior y Elias realmente se desagradaban mutuamente.
—El Duque va a enviar algunos obreros de confianza para la nueva construcción. Dijo que tendrá al menos quince habitaciones. Eso es enorme. Como una mansión.
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com