—Lo que se suponía que sería una situación tensa en la que Mira y su grupo luchaban hasta la muerte debido a que una de las sirenas fue empalada se convirtió en algo... mucho más perturbador —al menos desde el punto de vista de María y Celaine—. Sus mentes tenían problemas para seguir lo que estaba sucediendo y la imagen de Mira siendo besada por una sirena seguía repitiéndose en sus mentes, causándoles el sonrojarse.
—Haa... Haa... ¡Por favor, ensártanos con tu gran vara también, Diosa! —las otras cuatro sirenas dijeron con expresiones sonrojadas, haciendo que la cara de Mira se retorciera en disgusto.
Su tono y expresiones casi hacen que a Mira ni siquiera le den ganas de matar a estas sirenas masoquistas. Ella ha experimentado pervertidos y gente asquerosa antes, pero siempre ha sido al revés, donde los hombres intentan dominarla en lugar de que las mujeres supliquen ser dominadas.
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