—Kat habría disfrutado que las cosas se calmaran un poco después de eso —dijo, pero Nira terminó pasando bastante tiempo más provocando respuestas sonrojadas de sus dos hijas menores. —Las Trillizas no ayudaban ya que solo se sentaban y disfrutaban del espectáculo. Siempre que Nira intentaba arrastrarlas a ello, ellas habilidosamente desviaban las afirmaciones embarazosas de vuelta, o hacia Kamiko y Aslena, cuando era realmente necesario. A Trigrath simplemente parecía gustarle ver interactuar a toda su familia y observaba con una sonrisa.
—Eventualmente las cosas se calmaron lo suficiente como para guardar el sofá y sacar la mesa del comedor —narró Kat. —Esta era más grande de lo que Kat había visto antes y parecía que podía sentar a diez demonios. No era una buena adaptación para la habitación. Claro que cabía y había espacio para todos, pero no parecía que el área pudiera manejar mucho más y no era realmente factible caminar alrededor de la mesa para ir a cualquier parte.
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com