Kamiko aplaudió dos veces. —Bueno, con eso, creo que deberíamos mover la conversación al baño.
Elmony se quejó y dijo. —No. De ninguna manera. Si tú estás tan contenta con esto, no hay posibilidad de que Kat no sea también de tipo hielo como tú. No estoy hecha para ese tipo de clima.
—Eres bastante fuerte, hermana —dijo Kamiko con una sonrisa en su rostro.
—No, no tienes derecho a jugar esa carta. Soy un demonio basado en el fuego y no puedo soportar el frío para nada —respondió Elmony, a quien Kat ya empezaba a ver con piel de gallina apareciendo en el dorso de sus manos.
—Vamos, anímate. Puedo asegurarme de que esté solo un poco frío, hermana. He tenido suficientes baños reales los últimos días que me interesa más tenerte cerca que perseguir el frío —dijo Kamiko.
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