Bajo la luz del sol de la tarde, la piel clara y el rostro hermoso de Adrienne se volvieron bastante fantasmales. No podía entender por qué su abuela había confundido a Hunter con su hermano mayor desaparecido. Algo debió haber ocurrido para que la Vieja Dama Zhao actuara tan precipitadamente.
Como si sintiera su angustia, el Viejo Maestro Zhao salió y la miró con una expresión complicada en su rostro. Luego, sus ojos se dirigieron a Hunter que aún estaba en el abrazo de su esposa. Adrienne le dirigió una mirada inquisitiva, pero el anciano solo suspiró y le hizo un gesto para que lo siguiera adentro.
Adrienne no tuvo más remedio que entrar a la propiedad. No pasó mucho tiempo antes de que su abuela y Hunter los siguieran poco después. Estaba ansiosa, pero no dejó que se notara en su rostro. Estaba segura de que había una explicación lógica para todo ello.
Al entrar al estudio donde previamente había conocido a la familia Zhao, Adrienne preguntó:
—¿Señor Zhao, qué está pasando?
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