—Ves eso, hiciste todo eso conmigo porque querías —Shao Hui se alejó mientras empezaba a arreglar su cabello y accesorios que colgaban en su cuello y oídos que habían sido mordidos por Mo Qiang—. Mi hipnosis solo saca a relucir los deseos más profundos y oscuros. Las personas que aceptan trabajar para mi madre quieren dinero a cualquier precio, por lo que aceptan renunciar a sus vidas —luego se giró para mirar a Mo Qiang cuyos ojos se iban ensanchando poco a poco y encogió los hombros—. Y tú tenías algo conmigo que salió en cuanto te hipnoticé.
—¡Imposible! —Ella no era una masoquista de mierda que desarrollaría un punto débil por un tritón que la había apuñalado—. Tú me lastimaste antes.
—Me disculparé por eso —Aunque Shao Hui sentía que estaba bajando mucho su dignidad, aún habló con franqueza—. Estaba alterado y molesto ese día pero eso no justifica lo que hice, puedes castigarme como quieras pero no puedes divorciarte de mí ahora que has hecho tanto conmigo.
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