¿Se atrevió a engañarme, eh?

Mo Xifeng miró a Mo Qiang, cuyo ser entero estaba cubierto de llamas... al menos así es como lo veía. Con dos cuernos sobresaliendo de su cabeza y los ojos brillando en rojo, parecía un demonio surgiendo a la superficie de la tierra para arrancar el alma de alguien. 

«¿Es la marcha de la muerte la que estoy oyendo?», se preguntó en su cabeza mientras observaba a Mo Qiang entrar en el laboratorio y luego mirar cada rincón y grieta del laboratorio solo para encontrar basura esparcida por todas partes. 

—Xifeng —Mo Qiang se giró para mirarla con un crujido de los huesos en su cuello—. 

—Sí, hermana —Mo Xifeng apenas había visto a Mo Qiang enfadarse y por eso no pudo evitar encender una vela por Lian Shou en su corazón pero al mismo tiempo, no pudo evitar culpar a la última por actuar de manera tan sigilosa y astuta. ¿Por qué no trabajó duro en lugar de huir? ¿Cree que puede escaparse de alguien como Mo Qiang?