—Ahora fue Mo Qiang quien recibió un golpe inesperado, rayos imaginarios centelleaban detrás de ella mientras sus ojos salían de sus órbitas —mientras se escondía detrás de Wen Gui, no pudo evitar preguntar—. ¿Cómo... cómo en el mundo perder un anillo de treinta millones de monedas estelares resultó en que yo me interesara en menores?
—¿No me digan que el tritón vendió ese anillo y luego usó ese dinero para meterse en algunas cosas realmente repugnantes e indecibles —lo que hizo que el dinero se rastreara hasta ella? ¿Y ahora los oficiales de policía estaban fuera de su casa queriendo llevarla a la prisión?
Toda clase de escenarios imaginarios aparecían en la cabeza de Mo Qiang mientras se preocupaba por esto y aquello. Por otro lado, sus palabras hacían que Mo Yan y Wen Gui se confundieran aún más. ¿De qué estaba hablando su hija ahora?
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