—Keira sacudió la cabeza, luchando. No quería pudrirse allí para siempre. Tampoco quería vivir en la zanja sucia. Entonces, con el poco tiempo que tenía, estudió duro, esforzándose por abrirse camino. ¡Estaba decidida a cambiar su propio destino! A la edad de cuatro años, nunca había ido a la guardería. Observaba secretamente a Isla, aprendiendo un idioma extranjero. Cuando Isla tropezaba con una palabra, Keira era rápida para responder. Pensaba que recibiría elogios de su madre. Pero nunca esperó que lo que estaba a punto de ocurrir fuera casi un completo desastre.
—Poppy la elogió y, de manera inesperada, le dio un trozo de pastel. La crema dulce y rica en su boca le dio una sensación de satisfacción. Se resistió a tragarla. Pensaba que su vida iba a cambiar. Poppy cogió su mano con una sonrisa y la sacó, solo para entregársela a un traficante de personas.
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com