—Pero tenemos un contrato... —El agente siguió a Dominic Grimes, con el ceño ligeramente fruncido.
—Puedes decirles que no me siento bien, y pedirle a un médico que escriba un certificado... ¿ni siquiera puedes manejar esto? —Dominc respondió, una sonrisa traviesa jugando en su rostro—. Hasta ahora había sido un viaje tranquilo en su carrera sin que nadie se atreviera a cancelarle proyectos, pero Mónica, una modelo insignificante, tuvo el descaro de hacerlo.
—Lo entiendo —El agente ajustó su rompevientos, siguiendo de cerca a Dominic.
La capacidad de Dominic de comportarse de manera tan descarada se derivaba del hecho de que su padre es un gran inversionista en la industria del entretenimiento. Incluso si incumplía el contrato y no se presentaba para un rodaje publicitario, el peor de los casos sería simplemente pagar una pequeña multa, que para él era una nimiedad.
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