—¿Cuál es la demora? ¿Por qué no han abierto las puertas todavía? —murmuró Kael en voz baja, la frustración hirviendo mientras esperaba para desembarcar. Había tenido una semana difícil y ahora tener que sentarse aquí no era algo que lo hiciera feliz. Además, como parte de la flota real, su avión siempre tenía la máxima prioridad durante los viajes. Aún así, hoy las demoras los acosaban: un problema tras otro, como si el mundo hubiera conspirado contra él.
—Voy a averiguarlo, Su Alteza —respondió nerviosa la asistente de vuelo—. Pero por lo que he oído, ha habido un problema en tierra. Las autoridades están involucradas.
El ceño de Kael se frunció.
—¿Autoridades? ¿Qué autoridades?
—La policía, señor. Estarán aquí en breve —agregó la asistente, bajando la voz como si hablar demasiado alto pudiera conjurar a los mismos oficiales de los que hablaba.
—¿La policía? —la voz de Kael se endureció—. ¿Por qué demonios estaría involucrada la policía?
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com