Perdido

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Olivia detuvo el coche suavemente frente a la pintoresca casa de Emma, exhalando aliviada mientras aflojaba su agarre en el volante. Afortunadamente, esta mujer se bajará aquí. Una vez que se haya ido, Olivia planeaba conducir carretera abajo y tomar algunas respiraciones profundas para calmar sus nervios. Aunque la distancia hasta esa casa no había sido mucha, no se había atrevido a tomar un riesgo, por si Emma intentara llamar su atención de nuevo. Afortunadamente, Seb siempre había insistido en hacerla conducir de vuelta cuando iban a correr. Se estremeció al pensar cómo habría sido si ella hubiera sido una conductora regular.

El pensamiento de su esposo y el recuerdo trajeron una sonrisa a su cara. Había tantas cosas que había olvidado. No... no olvidadas sino que las había encerrado para protegerse. Y ahora, regresaban a ella en momentos inesperados.