Minmei confunde la situación. Lisa regresa a la tierra. –
Estábamos llegando a la tierra, y verla desde un lejano espacio, nos hacía recordar momentos. Regresar al hogar, es regresar a los sitios donde todo es nuestro.
Max Sterling
El día después del evento, lo soldados retomaban las tareas iniciales. Lisa se preparaba, pues tanto ella como Rick, y otros serían condecorados por los esfuerzos hacia el SDF-1. Ello conllevó también una manera de incentivar a las personas por haber tenido la paciencia, y concientizarlos del hecho de que al estar en una guerra, se hizo todo lo posible para protegerlos de la amenaza alienígena que permanece latente lejos del espacio.
Minmei en las noticias dio por enterada de la llegada y partida del SDF-1, y que los tripulantes desaparecidos estaban con vida. De ello, su esperanza se reafirmó. Luego como parte del show televisivo de la conferencia, ella era la predilecta para cantar y animar a todos. De todas maneras le interesaba la noticia de todos los que regresaron, y entre ellos el teniente Hunter, ahora comandante. No sabía quiénes eran, pero añoraba que fuera Rick Hunter. Ese hombre que le otorgaba su tiempo como alivio a su vida extremadamente compartida en su pasión al canto, que se convirtió en un pesado fenómeno del comercio mundial. Era el precio en la fama musical.
Los preparativos se inicializaron con noticias de todo tipo. En una pantalla grande conmemoraron la creación del SDF-1, con una reseña histórica. Los esfuerzos de los ingenieros en la construcción de la avanzada nave. Luego desde que partió y los contratiempos que se fueron gestando a medida que llegaba al espacio. El desarrollo de la ciudad en su esplendor y todos otros aditamentos que emocionaron a esos seres humanos colmados de algarabía y esperando por el pronto aterrizaje. Desde un inicio tuvieron
presente los productores de no enviar noticias e informes que fueran lesivos. Luego de ello, manifestaron un pésame para todos los caídos.
Fue entonces, en la plática de la conferencia en la cual el almirante Global otorgaba un discurso de regreso a la tierra. Algo que hizo que la población se alegrase y festejase la llegada al hogar.
- Volveremos – dijo el almirante Henry Global, en sus palabras representativas.
- Volveremos – Dijo el alcalde de la ciudad Macross.
Luego un presentador expresó un discurso emotivo y breve y entre sus palabras estaba Minmei.
- Y ahora para deleite de todos, la artista consagrada Lin Minmei.
Ella apareció en medio del escenario en cuanto se retiraron Global y el alcalde. Solo una luz iluminaba sus pasos lentos y comenzó una canción dedicada a la tierra. Al concluir los aplausos se expandieron junto a los medios televisivos e internet en toda la nave. Las redes sociales transmitían en vivo.
Termina la canción. Y agradece.
- Muchas gracias a todos. Pero ante todo, gracias a los verdaderos héroes que luchan día a día. Gracias a ellos por todo. - Se emociona. -
- Y para seguir celebrando. Recibamos a quienes hacen posible que estemos aquí. – comento la voz del presentador
Inmediatamente aparecieron todos los pilotos. Había ausencias entre bajas y quienes permanecieron en Marte.
Allí Hunter se presentó junto a Lisa. Y luego Max, Lían, Miriya.
Minmei al verlo se contuvo sorprendida. Unas lágrimas se soltaron, mientras lo nombraba.
- ¿Eres tú? – Se preguntó. – Si. Tu mi Rick ¡Rick! – fue corriendo hacia él y al llegar lo abrazó con fuerza y entusiasmo nombrándolo continuadamente.
Lisa observaba en un primer plano con sumo disgusto. Le devolvió el abrazo Rick, sin saber cómo resolver la situación y solo se remitió a observar a Lisa que continuaba con mirada lasciva. Minmei, se dijo. Te extrañé y él no respondía. Luego ella percibió algo diferente. Una energía potente que acechaba su espacio y volteó la vista a Lisa. Ambas intercambiaron dudas y luego desprecio por la situación. Lisa no perdonaría nada y Minmei, era de aquí en adelante su enemiga cuando intentó entender lo que sucedía. Sin importar siguió abrazando a Rick.
Ella al soltarlo, lo contempla con sus ojos de ternura, en cuanto que Lisa en su cumpleaños percibía el encono de ver como aquella bella dama, rodeaba a Rick. Él, se mantuvo impoluto con postura firme, Minmei volvió a observar a Lisa, y luego le sonrió y regreso al centro del escenario para una nueva canción.
Rick no podía expulsar palabra alguna, y todos estaban allí tomando la distancia, hasta que se retiraron luego de recibir sus medallas.
- La condecoración fue muy bella, ¿No lo piensas así? – expulsó Lisa con un tanto de enojo. No hacia Rick, sino en aquella mujer que tenía todos los dotes, necesarios
para enamorar a quien sea.
- Si, ¿Te encuentras bien? – Generó una pregunta intuitiva el comandante, a sabiendas de la impronta que tuvo que pasar. –
- Si, no hay problema alguno Amor. –
Ambos se fueron caminando juntos a la base. Rick se colocó junto a ella, y pasó su brazo izquierdo por su cuello para traerla hacía él, ella le sonrió, y tomó su mano. Un mensaje del radio, dio la noticia de algunas naves que se acercaban desde el cuadrante de cáncer.
- ¿Nos están atacando?
- No lo creo Lisa ¿Es una alerta amarilla parece? – Expresa el comandante Hunter. –Un alerta de poca preocupación. - Manifiesta. -
Ambos se fueron de inmediato. Estaría solo Rick, en la retaguardia, pues le correspondía el patrullaje.
Max y Miriya fueron a realizar los preparativos, y el almirante Global les asignó a varias personas que los ayudarían. Incluso el alcalde de la ciudad lo veía como algo fantástico.
Pues demostraba la unión de las dos razas Humana-Zentraedi-Meltraedi. Max, de todas maneras se sentía un tanto molesto. No tenía intención de hacer de su casamiento un circo mediático, pero era necesario para que la humanidad supiera que en algún momento debemos llegar a un acuerdo de paz, y acabar con toda la destrucción. -
Rick se apuró en abordar su caza mecha veritech. Otra vez debía regresar a la batalla. Tanto tiempo pasado en Marte, ya se había olvidado de que estamos en plena conflagración. Lisa se había colocado su uniforme lo más rápido posible, y abordó una cabina de emergencia en la cual controlaría el ingreso y egreso de aquellas naves que se mantenían intactas sin moverse siquiera. Rick dio la orden y despegó, y de inmediato transformó su veritech en modo battleoid conjuntamente con un nuevo armamento que le posibilitaría abordar a los navíos Zentraedis – Meltraedis en caso de pugna por su parte. Desde las afueras del espacio la gran máquina con forma humana le otorgaba protección como el fantasma de la imagen de Rick que se dibujaba en la mente de Lisa. El solo hecho de poder delinearlo con trazos era suficiente para sonreír. Era una bomba para que su corazón latiera con el ritmo suficiente de la vida para sobrellevar la batalla que el comandante Hunter afrontaba. Y él necesitaba salir de su nave para poder estar allí con la capitana Hayes. Necesitaba poder existir; estar a su lado, aunque fuera solo un recado espectral. Separados ambas almas, pero juntas en su imaginación. Así se protegen los que se enamoran. Así es como se enfrenta una contienda.
Rick se colocó del otro lado del espejo y ella lo miraba con su gesto de afirmación sonriente. Luego pasó del otro lado del vidrió y como siempre hizo su saludo militar con su battleoid, y se fue acercando a ellos.
- Rick, ten mucho cuidado – Le expresó Lisa – por favor, que no le suceda nada. – mencionaba en su mente, queriendo comprender que estaba sucediendo. Al ver su tablero, se contuvo, y efectuó un escaneo amplio de los dos mini cruceros. Era claro que no tenía un armamento amplio como para producir una batalla, incluso de hacerlo serian liquidados de inmediato. – ¡Rick! ¡Rick! ¿Escúchame? Detente. Mantente vigilando en la posición central.
- ¿Qué me mantenga vigilando? ¿Pero? ¿Por qué?
- Tengo una corazonada. – Dijo ella, cuando el almirante global desde la otra base junto a las demás chicas, se comunicaba con Lisa.
- Lisa. Ordene al comandante Hunter que no habrá fuego aún. – Expresa Global, que había detectado lo mismo que ella.
- ¿Almirante que es lo que pueda llegar a suceder?
- Aparentemente no vienen armados, y tengo cierta curiosidad que me da a expresar que quieren entablar un dialogo. Aunque no se comunican todavía.
- Lo mismo pensaba señor. –
En la nave Zentraedí Bron, Rick, Konda y otros rebeldes decidieron escapar de las manos de la milicia Zentraedi-Meltraedi. El escape de Miriya, con los rehenes, y las nuevas sensaciones de vida, los animaban a otro mundo diferente, la música de Minmei Lin, fue el detonante necesario. No querían volver a ser militares, querían orden, querían paz.
En la nave central se había producido un tumulto en cuanto llevaron un televisor, cuyas imágenes otorgaban en vivo y directo el canto de Minmei, y su película. Y todos los programas. Estaban sorprendidos.
- ¿Y dices que ella tiene un poder especial? – Se refirió un Zentraedi
- Ella es única. Y miren esas imágenes. – Konda señala una pareja besándose.
- ¡Oh! No, ¿Qué es eso?
- Eso. – Comenta Rico. Es una demostración de amor.
- ¡Wow! – Expresan varios compañeros. –
-
Los Zentraedis - Meltraedis, luego de días. Estaban enaltecidos por aquel sentimiento de la cultura microniana. De la cultura humana. Los objetos. Estaban al alcance de su mano. Uno de los soldados llamó a otro, para cubrir guardia. Y éste se negó.
- No destruiré más. Hay otros motivos – Objetó – Erika – Meltraedi.
- - ¿Qué dices?
- Lo que oíste. – Le dijo a su compañera Amelia. - Pronto un plan de Bron estaba gestándose.
- ¡Oigan! No sé ustedes. Pero quiero regresar con los humanos.
- También, opino lo mismo – manifestó Rico
- ¿Qué haremos? – se acercó un de tantos otros Meltraedis.
- Micronizarnos , y escapar. – Expresó Konda. –
- ¿Tienes un plan? – Expresa Meline, otra de las Meltraedis rebeldes. -
- Tengo uno – Erika expuso su idea. – Como bien aclara Konda, micronizarnos, y escapar en dos naves manipuladas por varios. Es el mismo plan de Miriya. Podremos, si nos unimos todos.
- Son aparatos gigantes no podremos hacerlo.
- Si podemos. Solo requerirá un esfuerzo de nuestra parte. – Comenta Amelia, que conocía bien la operatoria de los circuitos.
- Bien manos a la obra.
Con ayuda de otros rebeldes que decidieron permanecer, todos se micronizaron, para emprender la huida. Llevados por uno de los gigantes en una caja, en la sala de despegue se fueron preparando. Las compuertas se abrieron en seguida.
Uno de los Zentraedis que no estaba al tanto de la situación y del motín dio la orden de detenerlos. Breetaii desde su pantalla veía lo que ocurría y no comprendía.
- ¿Qué sucede? ¿Qué está pasando? – Grita con furia. –
- Señor parece que un grupo intenta escapar, y otros abrieron las compuertas. -
- Deténganlos.
- Señor parece que varios de ellos se han revelado y están en la nave.
- Les ordeno aplaquen a esa masa, y que no los dejen que huyan. – Expresa Breetaii a Exedore. - Si mi Lord.
Al intentar tomar las armas otro grupo estaba al acecho, y comenzaron los disparos entre ellos, mientras sus compañeros eran expulsados al espacio. Otra nave intentó interceptarlo, pero antes de ser alcanzados por el láser, la tele transportación los hizo desaparecer en una nube de fragmentos de asteroides.
La balacera concluyo con el encarcelamiento de aquellos amotinados.
- ¿Por qué? ¿por qué han hecho esto?
- No entiendes. Es la cultura microniana.
- No comprenden ustedes. Véanlo por sí mismo ¡Los rostro los dicen todo! -
Muchos soldados estaban confundidos.
- Mi Lord. Han escapado, y los soldados están bajo arresto, aunque defienden la postura de que la traición es medida, y efectiva. –
- Maldición. Estos micronianos nos han contaminado. Exedore. Déjame solo. Debo pensar que hacer. – Breetaii se tomaba con su mano la placa de metal de su rostro – Es increíble lo que han hecho, y como su dominio mental nos ha conmocionado. Incluso siento ese mismo dolor, y su voz de alivio ¿Qué haremos?
Exedore estaba ordenando sus ideas también. Y veía los informes y videos, pensando un plan, que de aceptarse sería crucial para ambas razas, pues él, era el emisario en los buenos oficios internos y externos. -
Rick estaba esperando órdenes y apuntaba a las dos naves que aparecieron de la nada frente a la tierra y al SDF-1. –
El precio de la espera era estar atento. No pasaran, si por ello depende de Rick.
- Ministro Exedore, el proyecto calavera está listo – Se acerca uno de los científicos encargados en biomecánica. Ellos aparte de la milicia, y los Zentraedis-Meltraedis de baja categoría suponían tareas extras, y las únicas que suelen solo aplicarse en la milicia como lo conformaron los maestros de la robotecnia.
- Perfecto, queremos ver que evolución nos espera. –
- Los estudios son sorprendentes.
- Idénticos por lo que sospecho
- Así es señor.
- Utilizamos, bio fibras para todos los daños que se han generado, reemplazando ello. Fue un éxito, y pudimos reconstruir y maximizarlo al tamaño promedio.
- Bien. Entonces pudimos devolver la vida. Eso es espléndido para nuestros soldados.
- Sí señor, pero fue por causa de la resistencia que poseía, sino hubiera sido imposible, solo hubiera formado parte de un copia. -Le daré la noticia a lord Breetaii.
- Perfecto señor. Con su permiso, me despido. – Exedore gesticuló un ademan positivo de retiro.-
En la radio transmisión, Sammie, captó la voz de uno de ellos. Era un español entendible, que habían podido descifrar los espías, Bron, Konda, y Rico.
- Almirante, tengo la comunicación de una de las naves enemigas.
- Pongo en alta voz Sammie. - Acentuó el Almirante Global.
La voz era nítida.
- Por favor. No disparen. Venimos en son de paz.
- ¿Qué es lo que quieren? – Pregunta con extraña sensación, y dudando de ello al fruncir el ceño.
- Queremos estar con ustedes. Su cultura. Hemos experimentado las sensaciones de su vida, las canciones y películas de Minmei
Allí todos los tripulantes del Prometeo fruncieron más el ceño por todo lo que les comentaba. Pues detallaron tanto los sistemas, y hasta explicaron ¿el por qué? de muchas situaciones verosímiles que fueron remarcando. Esto convenció al almirante por lo menos de permitirles el ingreso para una junta y análisis con interrogatorio, algo que no veía con muy buenos ojos sus camaradas subalternos Maistrof, y otros.
- Por favor, no podemos regresar. Si lo hacemos nos encarcelarán, y luego nos mataran. No se tolera a los desertores, ni traidores rebeldes. Por favor se lo pedimos.
El almirante lo pensó en diferentes formas. No podrían ser un grupo armado que nos ataquen internamente, ni tampoco llevarían a una táctica espía, pues sabían todo sobre el SDF-1.
- Bien, me culparé por esto si algo sale mal. Lisa, ordena un grupo de veritech que cubran al comandante Hunter, y ordénele que escolte la nave. Que ingrese en ella en cuanto los demás lleguen
- Sí, señor – Se contuvo sorprendida Lisa desde el Delta uno. – Señor, ¿puede ser una trampa?
- No lo creo capitana Hayes, sería una locura de su parte querer atacarnos internamente, a sabiendas, podrían haberlo hecho antes, o después sin que nos enteremos
- Sí, señor. Rick, me escuchas, cambio. Debes escoltar a la nave, un grupo de veritech ira hacia ti. Solo ingresa, ten cuidado.
- ¿Debo ingresar?
- Sí, hay que verificar, antes de que arriben al SDF-1
- Perfecto.
- Mantente en contacto conmigo, en pantalla, quiero ver lo que tú. Si algo pasa no me lo perdonaré, es bastante peligroso.
- Lisa, el almirante sabe que no nos atacaran.
- Lo sé amor, pero no quiero riesgos innecesarios.
El grupo de cazas veritech llegaba en orden hacia las dos naves. Max, había sido designado para chequear el otro navío.
Al introducirse en cada uno en ellas, verificaron todos los puntos. Un grupo reducido de zentraedis y meltraedis diminutos estaban allí con sus miradas preocupadas. Rick podía sentir que realmente eran refugiados que escaparon
- Lisa, parece que está todo en orden – Comunicó Rick -
Comandante Hayes. Todo en orden - Menciona Max. -
El grupo de zentraedis y meltraedis fu escoltado hasta llegar a las compuertas de la pista A uno. Allí fueron cerradas y dos destrois se colocaron en posición de guardia vigía.
Los rebeldes descendían, y Miriya los esperaba para darles tranquilidad. –
- ¿Miren? ¿Es Miriya? -
- Todos fueron hacia ella. Las mujeres que le tenían un gran respecto y que ella conocía, pronto entablaron relación. –
- Supimos de ti – Dijo Erika. Luego se sumó Amelia, y Meline.
- Quédense tranquilos. Los llevaran a un lugar seguro. – Expresó ella, mientras Max
se colocaba a su lado.
- Es por ello que vinimos.
- ¿Por qué?
- Por todo lo bello que experimentan. Queremos una vida de paz. Solo eso. – Explayó Amelia, y todos asintieron con un gesto positivo. –
De inmediato fueron trasladados, para darles ropa, y comida, antes de realizar la junta de la cual estarían todos los principales jerarcas.
- Lisa, perdona parece que tu cumpleaños, será ajetreado hoy – Le expresó Rick con un poco de desazón. –
- No importa y lo toma del codo para pegarse a él. Tengo mi mejor regalo aquí.
Él le sonrió.
Max estaba también un poco cansado. Los preparativos de su casamiento, se encontraban
en proceso, pero las idas y vueltas no le dejaban finiquitar nada en absoluto con Miriya.
La junta se programó de manera inmediata. Todos estaban presentes al mediodía luego de que los rebeldes fueron recibidos. En una habitación extensa a la cabeza el almirante Global, Maistrof, Mc Carty, Eleonor Fridman, Dr Lang, y otros. Luego ingresaron Claudia, Lisa, Rick, Max, Miriya, Lían.
Entre los expositores Zentraedis y Meltraedis. Erika, Rico, Conda, Bron, Amelia, Meline.
Se realizaron análisis médicos, y genéticos para detectar los posibles casos de ADN. La identidad era exacta como había sido con Miriya. No había duda alguna. Comentaron la explicación sensata. Las mismas palabras expuestas en personaje en todas las indagatorias sucedidas sobre ello. Maistrof, no estaba convencido, y pensaba hablar con los representantes de la tierra unida.
- Vamos Sub Almirante - Expresa el comandante Hunter. Pienso que debemos entablar un paso para la paz. Los vemos en ellos – Señala a Max y Miriya. Es hora de colocarnos al frente de la situación y cerrar de una vez por todas esta guerra que
ya se ha llevado demasiadas vida. – El discurso de Rick parecía convencer, solo al Almirante.
- Esta demente comandante Hunter – Dice Maistrof con autoridad. – ¿Qué pasa si ellos se revelan o tienen un plan contra nosotros? Las hostilidades no han cesado para nada. Que un grupo de refugiados venga, a convivir a la nave, no es una solución. –
- Lo que nos preocupa es su actividad, su forma de vida por así decir belicosa.
- Es por ello – Comenta Lisa – Su forma de vida ya no es aceptada. Ellos quieren la paz.
- Han experimentado tantas emociones que no volverían a su naturaleza de guerreros
– Explica el comandante Sterling. -
- Estoy de acuerdo en ello. Es cuestión de vigilarlos, y tratar de que su estadía sea lo que ellos quieren hoy en día – explica el comandante Cou.
- Si bien las pruebas han dado que existe una genética idéntica. E incluso el reporte de la comandante Hayes sobre los protocultura, y la creación de las copias por parte de los maestros de la robotecnia, me da a entender que somos de la misma especie con una cultura diferente. – Argumenta el doctor Lang, sin decir un sí, o no. –
- ¡Por favor! No tenemos donde ir – Expresa Meline, lo mismo los demás. – Dénos, aunque sea un pase de asilo provisorio, y analicen nuestros movimientos, y actividades. Y tomen una decisión.
Miriya pide la palabra y se la conceden.
- Mi nombre es Miriya, mi apellido como lo dicen ustedes Parino. Fui la comandante del ejército del Lord Azonia de la raza zentraedi - meltraedi. Como meltraedi que soy, he matado enemigos, y he visto como han aniquilado a mis compañeras, y he visto como zentraedis fueron acabados. Sabemos que somos un producto que fue despojado de los protocultura, y tomados como guerreros para los maestros de la robotecnia. Solo conocimos la guerra y la destrucción. No sabíamos hasta que vimos que existe algo llamado amor, que se experimenta en muchos niveles dentro de eso que ustedes proclaman sentimientos. Mi pueblo siempre estuvo determinado a la batalla, y ahora conocemos algo más que es nuestro y perdimos. Que los tienen ustedes en su
ADN, y son esos sentimientos de la risa, la alegría, la tristeza, y la rabia. Y lo estamos desarrollando hasta ser como son ustedes. Todos ellos dentro del amor. Déjenos que podamos ser como ustedes, pero enséñennos, pues eso es lo que precisamos. Alguien que nos tienda una mano para poder lograrlo, y con ello llegar a una paz entre las razas.
El discurso de Miriya, no solo fue emotivo, sino que convenció al almirante Global. Max tomaba la mano de ella, feliz por su valor.
- Esto es parte de ser humano y de esos sentimientos. El valor a expresarse. – dijo él. Ella le sonríe a Max
- No creo que alla mas que decir. Vamos a permitirles quedarse con una vigilancia extrema.
- No lo considero adecuado almirante – Comenta Maistrof y Mc Carty – Usted sub Almirante Fridman ¿Qué piensa?
- No creo que sea lo indicado, pero el almirante tiene razón podemos dar una vigilancia – Comento Eleonor Fridman
- Bueno, no podemos negarnos – Explica Maistrof – No obstante hay que darle aviso a los representantes de la tierra unida. –
- En efecto, y se hará – Aclara el almirante Global. –
Luego de tanto discurso, los Zentraedis y meltraedis festejan y agradecen. Maistrof se retira con Mac Carty y Fridman. Lisa se acerca al almirante Global.
- Almirante sabe que darán sus explicaciones en la tierra.
- Lo sé, y daré las mías – Manifestó él. –
Todos salieron de la sala. Rick y Lisa iban hacia la base debían retomar tareas, así como los demás, luego se prepararían todos para la velada de cumpleaños de ella.
Al despejarse el corredor los zentraedis y meltraedis fueron direccionados al sector de la entrada del gama -2. Era en un principio una reclusión de vigilancia desarrollada para contener física y psicológicamente a los refugiados. Sus naves fueron puestas en observación pronta a fin de verificar que no hubiera peligro alguno proveniente de las
mencionadas flotas. En cuanto los ingenieros detallaban en sus inventarios el armamento se sorprendían de lo bien preparadas y del poco mantenimiento.
Lisa se colocó con un vestido de esos que le gustan a ella. En un principio llegaron Kim, Sammie, y Vanessa con Lían.
- Lisa te vez hermosa – Dijo Kim – ¿Y el comandante Hunter?
- Él, llegará en cualquier momento. Se encuentra preparándose
- ¿Te traerá algún regalo no?
- Supongo. Ya me ha dado.
- ¡Es muy atento! – Recita Vanessa – otros podrían ser así
- ¡Oye! Trato de dar lo mejor – Comenta Lían colocándose la mano en su cabeza
Luego la aparición de Claudia, para nuevamente saludar a Lisa. Siempre fueron y serán las amigas del alma. Se contenían en todo desde que se conocieron y fueron compañeras de cuarto.
Le regaló un presente interesante. Un collar con el nombre de Lisa.
Rick estaba casi listo, cuando de su móvil recibió un mensaje y luego un llamado. Al atender el auricular era Minmei que saludaba con grata voz animada.
- Hola, comandante Hunter. Te extrañé tanto – Dice ella con una voz sollozando.
- ¡Minmei! ¿Qué sorpresa? – Comenta asombrado
- Tenemos mucho de qué hablar ¿Por qué no nos vemos? - Propone. -
- Es que Minmei, no podría. Tengo planes.
- Solo un momento Rick quisiera hablarte de algo importante. – Expresa con suma
sinceridad.
- Bueno una amiga es una amiga. Iré de prisa, pero no podré quedarme mucho tiempo.
- Gracias. Tú me entiendes –Comentó Minmei – No te preocupes no será mucho. Al colgar la llamada el comandante Hunter, pensaba en su interior si realmente estaba en lo correcto. Minmei solo era el pasado y su presente es Lisa. No obstante, la recordó en su momento de intimidad
Rick no deseaba ninguna situación embarazosa que pudiera complicar su relación de amor. Había quitado de su cuarto una foto de Minmei que estaba a la vista en un marco de vidrio y la colocó en un álbum personal en formato de libro físico. No poseía imágenes tampoco en su celular. El hecho de tener otra relación era motivo suficiente. Y su álbum poseía las fotos más preciadas de si mismo junto a todos los que fueron y forman parte de seres queridos. Entre ellas una que están todos juntos con Ben y Roy.
Al producirse de manera informal fue al encuentro en un restaurante- café que indicó Minmei. Era un encuentro a fin de platicar sobre ella y sus problemas. Rick por entonces debería indicarle quien era Lisa en su vida a parte de comentarle sobre toda la odisea de Cerbero y Marte ¿Cómo lo tomaría ella? Aun temía por todo lo sucedido. -
Ingresó en una mesa junto a la ventana derecha en la cual en su pared un poster autografiado en cuadro de la cantante vestida de militar.
Ella llegó tan radiante que Rick se sorprendió. Sus rizos azulados en su cabello extenso que se distribuía por todos los sitios. Era brillante verla así y vistiendo una camiseta ajustada en el cual denotaba un busto mayor del que posee y unos short cortos de jeans, y zapatillas. Su estilo muy juvenil. Unos lentes oscuros. Realmente era encantadora.
- ¡Rick!¡Que gusto verte! – Y se lanzó sobre él en un cordial saludo. Su tacto se mimetizó generando marcas en la piel de Rick que aromatizaron su cuerpo con el perfume.
- Minmei – y devolvió el gesto - ¿Qué bueno verte? ¿Que deseas tomar?
- Un café está bien.
El mozo se acercó.
- ¿Qué desean solicitar?
- Dos cafés por favor – Creyó indicado pedir lo mismo que ella.
- Tenemos mucho de que platicar. Mientras el mozo depositaba las bebidas.
- Es que han pasado tantas situaciones que no sé por dónde empezar Minmei.
Rick le comentó sobre aquel desastre y la pérdida de sus amigos. Sobre la transposición y otros detalles y de cómo en Marte vagaron con Lisa. Ella le narró sobre su show y cada día pensando en él.
- ¿Y ella como se encuentra? - Preguntó Minmei
- Ella está bien. Lo supera. Lisa es fuerte.
- ¡Rick! – hizo una pausa Minmei –
- Si Minmei. – Le responde. En cuanto ella toma la taza con ambas manos. Tenía en su poder unas palabras, aunque no tuvo valor de dárselas. Mejor era dejar todo como esta,
en su debido lugar y tiempo. Y guardó él un pedazo de su pasado para ella. -
Pasado un minuto de que se contuvo en un intervalo de tiempo, manifestó tomando su mano acariciando con su dedo.
- Me alegra verte – Sus ojos se empañaron – Perdona es hora que me vaya. Rick entendía lo sucedido, pero no podía hacer nada al respecto. Al mecionar a Lisa, tod mudó de sitio.
Ambos se despidieron, sin embargo no sería su último encuentro.
Rick fue directo con un taxi a uno de los salones en el cual Lisa festejaba su reunión. Estaban la mayoría, no obstante era un grupo reducido, el que ella poseía. Sus amigas y amigos que ha hecho en el ejército. El almirante Global que para ella es un padre y mentor y Rick su prometido.
Al ingresar Rick fue directamente a Lisa para saludarla nuevamente. Un regalo entre sus manos con una prenda. Ella con un beso encantada lo recibió.
- Rick gracias por todo lo que haces amor.
- No es nada. Sabes bien.
- Hey Hunter toma algo para la garganta – Lían pasa una bebida un tanto fuerte – la preparé especialmente para nuestro comandante.
- ¡Oye! Veamos que tal – Se dice aquel - ¡Wow! Lían no está mal, es bastante fuerte.
- Gracias viejo. La preparaba desde adolecente.
- Yo ya bebí dos y creo que es suficiente – Comento Max un tanto riendo.
- ¿Cómo avanzan los preparativos? – Pregunta Rick a Max.
- Estamos avanzando. Es muy complicado con estos tiempos apenas podemos planificar la fecha. Quiero que sea aparte de la costumbre nupcial, algo especial para ella.
- Todo saldrá bien. No hay porqué acelerar todo.
Lisa se mantuvo luego de estar con Rick un tanto firme mirándolo. Algo no estaba bien en él.
- ¡Lisa! ¿Lisa?
- ¡Oh! Claudia. ¿Sí? Disculpa. Estaba soñando. Mmm. ¿Qué
- ocurre? – Pregunta su amiga y confidente
- ¿No lo sé? Hay algo en Rick extraño.
- ¿Cómo qué?
- No podría decirlo con certeza. Como su aroma. Siento que conozco ese perfume y
no es de él. Y su rostro parece diferente
- Lisa. Mmm. Te pueden generar muchas dudas. Eso es todo ¿Qué piensas?
- No solo es mi imaginación de niña.
- ¿No es la cantante Minmei no?
- No. No lo creo Claudia. No. – Ladea la cabeza negativamente
- Lisa. Bien. Deja de pensar en ello y solo diviértete, es tu día.
En efecto Claudia estaba en lo cierto. Solo diviértete y deja de pensar en lo sucedido. Entre tantas pláticas fueron festejando. Luego un pastel grande con el nombre de la capitana Hayes. Nuestra mejor comandante. Algunas fotos para el recuerdo que abrieron el corazón de ella como un momento memorable. Nada es mejor que tener a los suyos. A su familia. Su padre se había comunicado horas antes. El estricto modo del almirante Hayes no se quebraba ante el aniversario de su hija. Incluso tuvieron un protocolo un tanto estricto, no obstante luego la llamo hija como siempre pues para él. Era su pequeña y le propuso una nueva comunicación para comentarle unos planes que tenía para ella en Alaska, lugar de la base principal.
Lisa pidió un deseo ante las luces apagadas y una enclenque luz de la vela. ¿Qué has pedido? Eso es un secreto dijo, pero lo observó Rick quien podría ser parte de aquel.
Con las horas fueron pasando las risas, hasta que nuevamente la alarma disparó.
- ¡Oh no! ¿El enemigo? – Se decían
- Alerta. Alerta. – Se escucha en un megáfono.
Por el radio llamaron al almirante y éste se despidió. Todos fueron a sus puestos.
- Tú no tienes que ir Lisa – Dijo
- Claudia. Claro que sí ¡Iré!
Rick despidió a Lisa y los demás y fue de inmediato. Detrás de él Max, Miriya, Lían Posible confrontación se explicaba.
Los veritech salieron de inmediato al ataque en la confrontación. Las naves de Breetaii llegaron tras la búsqueda de sus dos mini cruceros. Khayron sin aviso previo inicio la contienda con un grupo estimado intentando dañar su radar de navegación ante la cercanía con la tierra.
- Esta vez los haremos trizas – Confiesa – No dejen nada con vida. No quiero rehenes.
- Si – contestaron sus aliados.
De forma inusual el ataque se expandió por todas las direcciones.
- Escuadrón Bermellón e Índigo inicien retaguardia. Skull objetivo delta X – Lisa daba todas las ordenes que fueran precisas. – Escuadrón Destrois ubíquense en plataforma Prometeo para defensas.
- Enterado manifiesta Lían
- Rick la zona oeste se está complicando. Deben ahora dirigir sus fuerzas allí.
- Lisa vienen por todas partes parece un ataque masivo.
- Si Rick. No sé porque, pero es probable que la inmigración de sus fuerzas tenga algo que ver.
- ¿Otra vez Khayron desobedeció mis órdenes - Se enfada Breetaii. -
- Si mi lord. – Comenta Exedore.
- No tolero su indisciplina.
- Se lo he dicho señor. No tiene remedio. Y cada vez el efecto de los micronianos es más usual entre las tropas.
- Dolza, no lo verá con buenos ojos.
- Si es lo que lo pienso mi lord. Cualquier plan de Dolza puede incluirnos a nosotros también.
- Exedore no quiero pensar en ello. Pero debemos tomar medidas. Y éste idiota de Khayron está generando más complicaciones de las que ya tenemos
- Señor hay una comunicación de la comandante Azonia.
- Lord Breetaii. Es de mi consideración hacerle saber que he recibido instrucciones de la comandante segunda de Dolza, Mard, para inicializar un ataque masivo a fin de destruir la nave
- Mmm. Dolza debe tener presente que la nave es una amenaza total como los micronianos. No me ha mencionado nada al respecto. Estaremos al tanto.
- Dejo mis saludos Mi lord.
- Mis saludos comandante.
- ¡Ahora! Exedore, creo que tienes razón que Dolza planea acabar con ellos y con nosotros.
- ¿Contaminación señor? - Pregunta Exedore con dudas
- Vamos sigan disparando debemos aniquilarlos. - Grita Khayron. -
De forma inesperada algunos battleldpod comienzan a escapar, algo que visualiza Grel desde su monitor.
- Señor parte de nuestros hombres están cesando de atacar
- ¿Qué? ¿Qué demonios? – Se llena de ira Khayron en todo su cuerpo y corazón.
- Disculpe señor.
- Ahora verán esos traidores. – Khayron direcciona su pantalla. ¿Dónde creen que van?
Uno de sus soldados contesta.
- Señor no puedo explicarlo, pero es como si su mundo nos absorbiera. No puedo
combatir con los humanos. -
- ¿Qué quiere decir? Regresen, o morirán. – Khayron le atinó un disparo que lo destrozó totalmente. A partir de ese instante las fuerzas se fueron emparejando.
- Mmm, ¿No puedo entender? Señor sus fuerzas luchan entre ellos – Confiesa Claudia.
- Era de esperar. La llegada de los rebeldes produjo un efecto domino en sus tropas.
Al verse en una contienda entre las armadas zentraedis- meltraedis los escuadrones tomaron la delantera ventajosamente. Khayron se retira maldiciendo y pronto desde su exterior del Prometeo II llegaron otros rebeldes.
Los soldados regresaron preguntándose ¿Hasta cuándo seguirán así?
- No puedo concebir lo que acabar ocurrir – Maldice Khayron una y otra vez. Maldice golpeando la mesa de su escritorio hasta abollar la chapa del metal. Su furia es incontrolable.
- Señor tranquilícese. Ya ha ocurrido el hecho.
- Sí, pero teníamos una victoria segura. Podemos acabarlos con solo un chasquido – genera el movimiento de dedos Khayron – Y primero las estúpidas ordenes de ese idiota de Breetaii ¿Y ahora esto? Los acabaré a todos – Jura con cierto recelo de odio.
Al regresar las naves del vuelo, la fiesta acabó con la sirena de alarma. Rick exhausto regresaba a la base, en cuanto le enviaba a su Lisa un mensaje.
- Espero la batalla no haya arruinado tu fiesta.
- No te preocupes la pasé muy bien Rick
- ¿Te quedaras a terminar el turno?
- Si, posiblemente. Quiero asegurarme de que se encuentra en condiciones todo aquí. Éste ataque daño varias partes de la plataforma Prometeo. Y Quiero cubrir a Claudia. La encuentro muy extenuada. -
- Entiendo. Intenta relajarte en cuanto puedas ¿Sí?
Lisa estaba en lo cierto no solo por su deber sino por su amiga que ante la pérdida de Roy, lo único a que dedicaba su tiempo era trabajar y tomar algunas copas de vino para absorber el tiempo, o que el tiempo la absorba a ella.
El día al final de cuentas concluyó con una canción de Minmei "Tu amor no se perderá", Rick oía aquella melodía y le pareció tierna. Realmente en su mente no la veía como en el ayer cuando la conoció. Solo le agradaba el sabor de un recuerdo que perdurará en su memoria.
Si tuviera que analizar cada hecho acontecido hasta el momento expresaría que la suerte siempre estuvo de mi lado. Es por ello que quizás esté con vida y pudiendo manifestarles un relato que es más que un juego de palabras. Me hallo a veces disgustado conmigo mismo por no representar algo súbitamente mejor. He madurado y creo que es por Lisa. Hay que a veces darse cuenta que mejores nos hacen aquellos que comparten nuestra vida. O nuestras vidas. Me iré a descansar. La batalla fue atroz. Y siempre estamos a un paso de ser vencidos hasta que algo nos apoya. En éste caso nuevos rebeldes. ¿Cómo acabará todo?
Rick como cada noche reflexionaba y sus ojos se cerraban al sonido de la melodía de Minmei.
Lisa al concluir su trabajo, luego del ataque fue a su cuarto. Encendió el ordenador, y comenzó a ver sus fotos de cumpleaños. Meditaba en los sucesos, y en la reflexión volteó su vista a una foto especial entre ella y Rick. Se sentía a gusto del hecho de poder disfrutar la vida juntos, pero temía por lo que sucediese con él; no quería que algo le pasaré como a su antiguo enamorado Car, y ni terminar como Claudia, soñando con Roy que desapareció en un océano de explosiones. Ladeó la cabeza negativamente para rehusarse de ello. Era terrible pensar ¿Qué podría ocurrir?, y sin embargo no estaba lejos de que sucediera lo peor. Las fuerzas enemigas eran cada vez mucho más amenazantes de lo que parece. Y las fuerzas de la tierra, no daban un apoyo como correspondía. Lisa caviló sobre su padre ya la posibilidad de llevar un informe. La guerra debe concluir se decía así misma. El almirante Global en una plática interna con ella, tenía la leve idea de que fuera a sabiendas de la llegada de los rebeldes, y los comentarios de sus subalternos a las fuerzas de la tierra unida que estaban desarrollando algunas armas destructivas.
- Capitana Hayes, es muy posible, y estoy programando la posibilidad de que viaje a la tierra. –
- Señor entiendo. Estuve pensando la misma idea. –
- Lo sé. Usted tiene los dotes necesarios, y no tardará demasiado a ser ascendida a almirante.
- ¿Señor en serio me lo dice?
- Si comandante. Ha demostrado ser lo suficientemente capaz para resolver todas las confrontaciones del enemigo. En el consejo de la tierra unida, han aprobado mi solicitud. Su padre me ha comentado de lo orgulloso que se siente por usted.
- Señor – Dijo Lisa feliz. – ¿No sé qué decir?
- No diga nada comandante. Usted es la hija que no tuve. Y parte de esta misión en el espacio y la sobrevivencia de las personas son por su causa. A parte de ello, cuando todo esto termine, quisiera retirarme. Estoy viejo. – Comentó el almirante Global quitándose la gorra y frotando su cabello por la picazón.
- No almirante, usted puede dar mucho más aún – Le dice Lisa. –
- Prefiero dejárselo a las futuras generaciones. Usted, Claudia, Kim. Vanessa, Sammie. Son un grupo especial, como lo es el comandante Hunter, Lían, y Max. Hemos perdido al comandante Fokker, y fue un golpe duro para mí, pues lo he conocido como una gran persona – El almirante camina a la ventana y ve el espacio.
– Cada vez que perdemos a alguien, es un calamidad difícil de sobrellevar. Se han ido amigos. Es el precio de la guerra. Pero la raza humana está en peligro, y si salimos victoriosos, debemos prepararnos para las futuras amenazas, y sabe a qué me refiero comandante. –
Lisa sabía que del otro lado de los Zentraedis-Meltraedis, estaban los maestros de la robotecnologia, el invid, y las sombras oscuras de otros peligros, y ellos eran el legado o parte del legado de los protocultura.
Ambos permanecieron en silencio observando desde esa ventana las estrellas, y el brillar de la luna en su faceta menguante. - Lisa pronto se retiró. -
La Comandante, al ver la foto de Rick quería darle esa noticia que no pudo. Rick despertó en su cuarto, y allí en un bostezo contemplo algunos menesteres calificados de objetos. Esos que debía
guardar en su archivo, su celular sonó con ímpetu, aunque no lo atendió por el momento, solo se vistió de uniforme militar para su patrullaje. Al abrir el armario, veía una imagen de Minmei ampliada en un poster, de la cual armó valor para quitarla de allí. Fue un pasado bello, pero su corazón viajaba hacia otro lado. Al sonar un pitillo del timbre de la puerta. Rick dijo adelante. La puerta se abrió y allí estaba Minmei.
- ¡Minmei! ¡Qué sorpresa! – Dijo Rick. Ella no contestaba. –
Horas antes Minmei, pensó en Rick en la noche sin poder dormir. Tenía una cierta atracción y contempló los momentos juntos, y aquella ultima vez en un callejón oscuro. Lo extrañaba, pero más extrañaba su manera de ser y el encuentro en aquel café-restaurante, dejó en su corazón algunas piezas de la mirada de Rick que debían sanarse, y solo él podía hacerlo. Se armó de todo su valor para ir a verlo, y tenerlo frente a ella.
- ¡Rick! Solo quería verte – y sollozó algunas angustias que quería brindarle. Se fue acercando de a poco y lo abrazó colocando su mejilla en el pecho. Rick no sabía cómo actuar –
- ¿Estás bien Minmei?
- Lo estoy solo quería sentir tu corazón latir. Nada más
- ¡Minmei, yo!
- Si Rick, se lo que ocurre. Soy mujer. Lo sé.
- ¡Perdona!
- Solo déjame estar así unos momentos. –
Rick permaneció en silencio, y correspondió a ello conteniéndola como él, sabia hacerlo.
Al instante que la puerta parecía tener vida, sonó el timbre, y de inmediato se abrió. Allí Lisa que venía con la noticia de su pronto ascenso, no pudo creer lo que sus ojos estaban viendo
- ¡¿Qué ocurre?! – ¿Qué es esto Rick? ¡¿Minmei?! – Exclamó con engaño y desilusión
- No, No es lo que piensas Lisa. –
- Ahora entiendo. Lo que percibí en ti en el día de ayer en la fiesta. El perfume. Es el de ella. Estuviste con ella Rick – Lanza algunas gotas lagrimales de enojo e impotencia. –
- ¡No! ¡No! Es lo que tú crees Lisa. – Respondió Rick. Luego miró a Minmei, que la veía asombrada.
Ella se apartó de Rick, y se acercó a Lisa, y luego observó a Rick por una vez más.
- Solo vine a visitar a un amigo comandante. Solo ello. No tiene nada de qué preocuparse. Y el día de ayer, fue porque es la única persona en el mundo que sabe entender, que sabe comprender. Y ve todo alrededor de una manera que uno puede sentirse en un paraíso y olvidarse de la guerra. – Minmei se lanza ante su discurso a llorar. – Usted debe saberlo bien, y es afortunada ¿Por favor cuídelo si?
Lisa con su mirada férrea iba transmutándola hasta calmar ese odio, y transformarlo en un sentimiento de dolor y empatía a ella. Claro que sabía lo que era Rick. Por ello podía sentir el sufrimiento de Minmei, en tanto estaba parada allí. Minmei, salió del cuarto hasta llegar a la puerta, y al pasar se fue corriendo sin saludar. El imponente reloj continuó su curso.
En plena guerra, se avecinaba una batalla dura. Rick iba en búsqueda de la capitana Hayes, que estaba allí frente a él como queriendo. La estrella Lin Minmei había dejado una huella, pues Rick lo era todo, pero ya no era nada. Rick y su verdadero amor, estaban allí taciturnos, con la mirada inacabada. Háblale con el corazón dijeron las voces solo así podrá él entender lo que sientes. El mundo de Lisa, se derrumbó al verlos, y él con su semblante quería explicar el mal entendido.
- ¿Es así Rick cómo es todo? - Dijo y se aproximó llorando en aquel recinto. Lisa hizo notar su amarga tristeza sin chances. - Rick ve por ella, ¿Si es tu felicidad?, ¿Si es para ti? -
- ¡No!, tu no entiendes Lisa.
Ambos se enfrentaron ahora cara a cara sin observarse los rostros pálidos, como para lamentarse el uno y el otro.
- No entiendes Lisa - Con una voz casi perdida - Estoy aquí... Lisa respiró suspirando. El tiempo se detuvo por ellos.
- ¿Vamos a estar así? - Le dice Lisa
- ¿Así cómo? – Responde con su voz quebrada.
- ¿Anhelando lo que no podemos tener? ¿Crucificando lo que se nos va de las manos? Rick cerró sus ojos y exhaló el poco aire que tenía.
- Es la única razón que nos impulsa a seguir adelante, quizás - titubeó. Quería decirle la verdad. Y la verdad era que Lisa era su amor, su máxima expresión de vida y sin ella no había nada. Lisa se amargó, y entendió que Minmei era especial, y no sabía cómo luchar ante ello. Su mente se transformaba en muchas preguntas y respuestas vagas. Sus latidos se aceleraron y estaba dispuesta a decirle que lo amaba con todo su corazón, y que si su decisión era otra sabría perdonarlo, pues el amor que ella llevaba poseía esa capacidad.
- ¡Rick yo! Ya no se cómo expresarte - Lisa estaba dispuesta a lamentarse por el rechazo, sin embargo debía ser valiente.
Él la interrumpió de inmediato.
- Lisa - Rick ocasionó un alto - Quiero que sepas que en todos estos momentos que hemos pasado juntos. – Rick, como ella también poseía ese derecho de amar, y cuyo nombre era Lisa. Comenzó queriendo dar algunas palabras y luego se contuvo, respiró hondo. Diablos pensé que podría ser más fácil. - carraspeó Rick.
- ¿A qué te refieres? – pregunta un tanto desanimada. -
- Yo, lo que quiero decir, es que no sé lo que ocurrirá ¿No puedo adivinar, si moriré en combate o no? ¿Si habrá futuro? Solo sé que lo que me reste de vida quiero pasarlo contigo. Desde que te he conocido, he sentido ese cariño, ese deseo, y respecto. Desde que Roy me trajo aquí a las fuerzas del SDF-1 y apareciste por primera vez, tu rostro ¿No sé?, Se dibujo en mi mente. y en Marte fue que te vi allí y tomé la decisión. No basta a veces con creer, sino que hay que tomar decisiones, y la mía es estar a tu lado, si tú lo deseas. Quizás salga allí afuera a luchar, y no haya retorno, pero por lo menos quiero irme del mundo, sabiendo que Lisa Hayes me ama, y yo la amo ella.
El rostro de Lisa se dibujó. Solo un minuto para que lágrimas de alegría llegasen. Con toda la seguridad lo miró detenidamente.
- Rick, te amo. - Lisa conformaba en sus palabras el atractivo sentimiento del cariño, y por el resto de su
vida le expresaría que lo ama. -
Rick sonrió como sabiéndolo.
- Y yo a ti Lisa. Yo a ti.-
Ella se acercó a él, y él la abrazó tímidamente y besó hasta que el único aliento, el único suceso más bello del universo se generase. No había otro remedio que enamorarse.
Ambos no sabían cómo expresarse y se abrazaron mutuamente al recostarse en la cama en la cual sus besos continuaron amándose. Lisa le dio la buena noticia a Rick que se alegró, y al mismo y tiempo le produjo un poco de asombro el hecho de que vaya a la tierra.
- Espero que te cuides Lisa. – Dijo ya extrañándola. –
- Tal vez permanezca allí Rick, pero debo hacerlo. –
- Si, lo sé. Rick . Se preguntaba ¿Si todo saldría bien?. Era solo aguardar. -
Al concluir, Rick se vistió y ambos fueron hacia las afueras de las calles para ir juntos a la base. Lisa con todo lo sucedido se contuvo en una escalinata de un centro en la cual se veía en esplendor parte de la ciudad.
- Y tú ¿En qué crees Rick? - Le dijo Lisa.
- ¿Creer? ¿No sé lo que es creer? - Pensó Rick. - Quizás creer sería desear algo con anhelo
¿Y tú Lisa? - Preguntó.
- ¡Creía! Creía en tantos sueños. - Se contuvo con delicadeza en la mirada . -
- ¿Y se hicieron realidad?
- Algunos. Otros solo pasaron sin tocar la puerta ¿Será siempre así? Eso de tener sueños que nos dejan. Pero otros están en mí,. conmigo, presentes. -
- ¿No lo sé? Solo sé que aquí a mi lado tengo un sueño. Y no es un sueño cualquiera. Es mi mejor sueño. Es el que me ayuda a sobrellevar ésta guerra. A no morir en el intento. Es uno que me hace mejor de lo que soy.
Lisa lo observaba. Pero no solo a él, sino a las palabras. Mirar las palabras. Tocar el corazón. Oír la piel. Vivirlo. Vivir el hoy, el siempre
- Y ese sueño que dices ¿Qué piensas hacer con él?
- ¡MMM! – Respiró hondo Rick y colocó su mirada al cielo y luego a Lisa. - No puedo
hacer nada más que ello que siento - Se acercó abrazándola, y acarició sus labios. Para eso son los sueños. Es creer.
- Yo creo en tí Lisa - Susurró a su oído.
Rick en un intermedio de todo lo sucedido, estaba en una etapa muy significativa en la cual debían definirse demasiadas situaciones. Minmei era alguien especial. Pero solo lo era. Y ahora Lisa se marchaba a la tierra a dar una conferencia y temía que algo le pasare. Se prometió en su persona que haría lo posible para que el enemigo no llegase al planeta, no produjese daño alguno contra ella, contra su Lisa. A pesar de todo, se había dicho asimismo una y otra vez aquellas consideraciones. No pasarán.
"Me prometí, y hoy en día lo sigo sosteniendo, perpetuando en el tiempo, que no dejaré que nadie lastime mi Lisa, mi vida es para ella, y de hecho, la muerte no me asusta porque me lo propuse desde un principio".
Lisa fue a cumplir el turno, y verificó todos los elementos correspondientes. En la noche prepararía su reporte. No podría permanecer en la boda de Max y Miriya, aunque más lamentaba separarse de Rick.
El reporte diría lo que ya estaba estipulado en otros informes. El parentesco con la raza alienígena. La antigua civilización protocultura, los avatares de la socialización escasa que poseen, y los rebeldes que han solicitado asilo al SDF-1. Agregando todos los aditamentos que Lisa había recopilado hasta el momento con sus pláticas con ellos, y los demás dictámenes psicológicos y físicos.
Lisa estaba dispuesta a darle al consejo la mayor información posible, y que ellos tomen una determinación eficaz para que la tierra semi devastada, comenzará diálogos de paz. Hasta el momento el SDF-1 no podría dar ningún tipo de señal, pero cada vez en la nave de Breetaii había más Zentraedis-Meltraedis que se sublevaban por un mejor estilo de vida. Y un plan dentro de ella se estaba gestando a mayores riesgos. Breetaii, esperaba ansioso la misiva de Dolza, aunque se suponía que él, ya sabría de antemano sus planes, y que no eran lo mejor para ellos. Azonia estaba al tanto de la situación como segunda comandante, como también Khayron, pero ambos en su raza malévola y belicosa pronosticaban que debían seguir atacando. Y Breetaii no podía impedirlo, bajo apercibimiento de él mismo ser otro de los rebeldes Zentraedis.
- Te vamos a extrañar Lisa – Comenta Claudia desde un pasillo, mientras ambas salen
–
- También los extrañaré – Expresa – Pero debo ir a la tierra y ver qué posibilidades tenemos. Sé que no es fácil, y quizás no regrese. Por favor, cuida a todos, y tenme al
tanto. Anota todo para informar, ¿Si?
- Claro. Y Tú ¡cuídate! - Expresó Claudia – ¿Y Rick?
- Está un poco malhumorado como suele ponerse él, de todas formas entendió, solo se preocupa.
–
Ambas llegan al avión transbordo para el viaje de Lisa a la tierra. -
- Es como Roy – murmura con nostalgia. – - Si,
¿Estarás bien? – Pregunta Ella. –
- Si. Es mejor no recordar.-
- En caso que me necesites ¿Solo háblame si?
- Lo haré, y tu también.-
Ambas se despiden con el saludo militar. Y la puerta de la nave se cierra. –
La plataforma Prometeo II se abre y despega un avión con Max a la cabeza para escoltarla, Sammie toma los controles en la base Delta II. Pronto llega Claudia para colocarse a su par.
La nave de pasajeros lleva a la comandante Hayes, mientras en su móvil le envía un mensaje a Rick, despidiéndose. Paso siguiente recibe un impacto. Un disparo de las
naves meltraedis, esta vez comandados por Azonia. Un pequeño grupo de guerreros en condiciones hostiles. Superan en número a Max, algo que con sus evasivas maniobras va sorteando.
- No están atacando – Comenta desde su radio el comandante Sterling.
- ¿Señor! Varios Battlelpod están en la línea de tiro contra la nave de pasajeros Sarlac
– Explica Sammie.
La vorágine del combate comienza nuevamente a consumir a los soldados que van cayendo. Max ve desde la ventana como sus compañeros son destruidos e intenta resistir. El almirante global, envía refuerzos. Piensa en lo mejor que poseen, Rick Hunter. Miriya llega a comunicarse por el radio con Max. Ambos se unen en una maniobra a fin de cubrirse las espaldas, aunque el enemigo los supera.
- De prisa denle aviso al comandante Hunter de que Max esta en problemas ¡Urgente!
Rick, corre de inmediato a la base, apenas pudiéndose cambiar de ropa. –
- ¡Sabía que habría problemas! ¡Max! Resiste. Espero Lisa este bien – Se dijo- La nave Sarlac se selló por completo para evitar los daños, aunque no resistirá demasiado.
Rick a toda prisa, sale al aire.
- Líder Skull 1, listo. –
- Enterado despegue líder Skull – Comenta Sammie. – Coordenadas Landa XV
- ¿Qué?
- Sammie. Le diste una coordenada equivocada ¿Les pasaste las nuevas instrucciones devuelo a los pilotos?
- Si, perdón. ¡Digo No! – Se preocupa ella – Es que era tarde, no pensé que ocurriría esto – Líder Skull, las coordenadas de ataque son Base XX. -
- Enterado.
Rick llevaba una maquina potente, y al ver la cantidad de fuego, sabía que no precisaba las instrucciones del nuevo cuadrante, con esas luces eran suficientes. Al llegar lanzó una
terrible cantidad de cohetes dando en el blanco de todos los enemigos. Se colocó delante de Max y Miriya. Yo lo cubro, y lanzó otra parvada que determinó el fin de la batalla.
- El enemigo se retira – Expresa Max-
- Enterado. El comandante Hunter escoltará al Sarlac. -
- Ok. Base. Regresamos. Rick muchas gracias. – Se contenta Max y vuelven con los veritech restantes.
- ¡Lisa! ¿Lisa, estas bien?
El compartimiento de defensa del Sarlac se abre, y ella desde la ventana ve a Rick. –
- Si, Rick, gracias a que viniste. –
- No importa. Me interesa que llegues a salvo a la tierra. Los escoltaré hasta abordar a la zona de ingreso.
Ella sonríe, ante las palabras de Rick. –
- Rick, no te preocupes.
- Sí, pero es todo tan repentino, y no tolero más los ataques del enemigo.
- Lo sé, pero la misión a la tierra es tan importante. Debemos acabar con ello.
- Lisa ¿Qué haríamos sin ti? – Le dice con orgullo de su dama.
- ¡Y sin ti Rick!
- Quiero decirte algo Lisa.
- Si, Rick. -
Rick le recita aquel recado como un poema
- Solo, vuelve a casa pronto. Te estaré esperando. Tú siempre estás en mí interior. En mi cuerpo, y mi corazón, y no quiero perderte. – Rick al decir ello, hace un gesto de
saludo militar. Y ella ve por la ventana como se aleja el veritech a gran velocidad. - Tú
también lo estas mi vida. También - pronuncia en su mente, y el Sarlac entra a la segunda capa de la tierra
.
Poco a poco iba descendiendo a gran velocidad hasta culminar en la fría base de Alaska en
la pista de aterrizaje indicada. Al abrirse las compuertas. Un hombre de la edad del almirante Global, la espera. Ella hace un saludo cordial militar y éste lo devuelve.
- Almirante es un gusto. –
- El gusto es mío comandante. Pero dejemos los protocolos, mi Lisa. Me alegra tenerte aquí hija. – Le dice el Almirante Hayes. –
- También estoy feliz padre de verte, y lo abraza. –
- Tenemos mucho de que platicar hija. Vamos – Indica el camino, al verla se emociona. – Has crecido en este poco tiempo. Eres igual a tu madre – Sonríe. –
- Gracias ¿Cómo está la situación aquí?
- Ya sabes. No muy bien que digamos. Los consejos de todas partes del mundo, tratan de abastecerse. Como sabrás Lisa, los ataques reiterados de los Zentraedis- meltraedis, han devastado la tierra, mientras el SDF-1 se encontraba luchando en Plutón y Saturno.
- Padre, debemos dejar estas diferencias de lado. Ya has recibido seguro los informes indicados.
- Si, Lisa. Los he visto luego hablaremos de ello. Pero vamos quiero saber de ti. Has tenido grandes logros. Incluso pronto vendrá tu ascenso ¿Algún pretendiente de que me quieras hablar? – se ríe, y ella comparte su risa.
- De hecho sí. Es piloto, y fue con quien estuve en la base de Sara Marte
- Me alegra saber que estas bien hija y feliz. Eso es lo importante. –
Ambos ingresaron a la base central. La inmensa base repleta de soldados que van y vienen. Todos con un objetivo trabajando a destajo, algo que Lisa pudo notar. Aunque prefirió no preguntar nada a su padre por el momento.
En el SDF-1, Rick presenciaba la gran ventana, y veía a la tierra pasar de largo entre muchas estrellas. Se preguntaba por Lisa, y al mismo tiempo sobre el enemigo
¿Cuándo acabará todo esto?
Al continuar contemplando apareció Claudia.
- Vaya si es el teniente Hunter
- Claudia ¿Cómo estás?
- Bien. Sobreviviendo
- Te entiendo
- Piensas en Lisa
- No, bueno si, oh no. Solo estoy aquí un tanto meditabundo
- Comprendo. Estará bien
- Si, solo me preocupa no estar allí para ella si pasare algo.
- Roy era igual a ti. No me extraña que fueran amigos.
- También lo extraño. Él siempre sabía qué hacer y decir.
- Piensa en él como pienso yo y aparecerá.
- ¿En serio?
- Si. Solo hazlo. Bueno es mejor que regrese. No te desveles mañana en un día
extenso. Saludos comandante Hunter. -
- Gracias Claudia. Saludos
Rick imaginó a Roy. No todo está perdido viejo. Nunca se pierde nada solo se gana experiencia hermano. Solo ello.
Rick se incorporó y fue a descansar. al otro día se iniciaba la gran boda de Max y Miriya.
Ambos tuvieron días ajetreados. Todo saldría bien. -
Max estaba nervioso pues era su momento nupcial. Al colocarse el moño de la camisa Rick ingresó sin tocar.
- Viejo que bueno verte allí ¿Nervioso?
- Un poco comandante. Solo quiero estar con Miriya a su lado. Siento una conexión muy grande con ella.
- ¡Max! ¡Max! Todo a su tiempo.
- ¡Cierto!, Hubiera querido que la boda sea en otras
- circunstancias Se a lo que te refieres, pero esta es nuestra realidad.
- ¿Extrañas a la capitana Hayes?
-
Si, para ser sincero, si pero no puedo hacer nada al respecto. Solo me resta la tranquilidad de saber que
se encuentra en el lugar más seguro de la tierra.
- No puedo determinar cómo será todo este embrollo de batallas.
- Vive al máximo Max. Tú y Miriya. Hoy es su día.
Max pareció entender lo que Rick mencionaba. Vivir al máximo como si no hubiera otro instante que ese.
- Gracias Rick.
- Al contrario. Te dejaré solo así terminas con ese nudo de moño
- Si ¿No sé quién inventó esta trampa? – Menciona con molestia Max. Todo se había dado rápidamente. Los votos civiles y eclesiásticos. El personal tomo su día para ellos.
Los preparativos concluidos y en una capilla bien formada, Miriya ingresa mientras Max
espera desde el altar. Allí las damas de honor Sammie, Kim, y Vanessa la acompañan. El casamiento es televisado en todo el sector del universo algo que los Zentraedis-Meltraedis no pueden dejar de pasar en sus pantallas. Ello alborota aún más la situación al ver el rito de unión de ambas razas. En cada paso unas niñas dejan flores y quien lleva a la novia es el zentraedi Kritof quien de los rebeldes fuera el de mayor edad y más sabio en conocerla a ella en sus primeros años como pilotos. Al llegar se descoloca el velo y el cura da los votos nupciales. Ambos dan el sí para el principal. Ahora los esposos salen de allí entre aplausos luego de besarse y voltear hacia la muchedumbre. Las calles se colorearon de fuegos artificiales hasta un gran salón. Lisa veía todo el cortejo con su padre desde una televisión. Él, no estaba muy de acuerdo con ello pues para ellos el enemigo era eso, enemigo.
Unas palabras del almirante Global fueron indicadas para la ocasión en el salón de fiestas una vez reunidos.
- Quizás sepamos que no parece la mejor opción un casamiento entre dos razas, pero hoy se ha marcado un día especial entre los zentraedis y nosotros. El día en que debemos decir basta a tanta guerra. El día en que debemos celebrar la paz entre ambas civilizaciones. los aplausos certeros y el viva los novios de los combatientes, fue la mayor bendición. -
Hoy Max y Miriya nos han en enseñado que podemos lograrlo. Gracias a ellos y todos los que contribuyen día a día. A lograr un futuro. Un futuro de ambas razas. -
Un aplauso colectivo y emotivo se llevó a cabo. En ese instante la estrella Minmei apareció y todos gesticularon una alegría inmensa. En especial sus fanáticos.
- Ya oyeron a nuestro almirante es hora de honrar la paz y quiero saludar a Miriya y Max por esta unión bella y por muchos años de felicidad. – Al concluir comenzó una canción emotiva.
En la mesa Claudia, Vanessa, Sammie, Kim, Lían y Rick cantaban al coro.
Rick veía a Minmei, aunque con un cierto orgullo en cambio ella le dirigía la vista con los ojos de quien no olvida el cariño. Khaylin estaba como anfitrión, aunque con cierto recelo observaba a Rick.
Luego de los cortejos nupciales de la costumbre. Los novios ahora esposos bailaron un vals.
- No te preocupes yo te llevaré en los pasos – Le dio seguridad Max a Miriya
Ella asintió. La fiesta se fue programando hasta pasadas algunas horas. Rick era quizás el único que presentía que le faltaba algo. Minmei se acercó solo a cumplimentar como protocolo y pedir perdón
- Rick.
- Minmei.
- Lo siento. Perdón por lo sucedido en aquella oportunidad.
- No hay problema. Hiciste lo que sentías – Comento el comandante.
- ¡S! Supongo que lo hice. Bueno no quiero ocupar más tiempo.
- No lo haces. Para nada lo haces. -
- Hola – llego Khaylin – Minmei. Nos espera para continuar el show
- Si Khay. Adiós Rick. Debo continuar. KhayLin apenas le dirige la mirada a Rick como si no existiera. Rick ni siquiera prestó atención.
Pronto llegó Lían con unas copas.
- Oye vamos a brindar – Le dice
- ¿Por qué?
- No sé. Por lo que sea, pero cambia esa cara niño, me vas hacer llorar con tu alegría característica
- Bueno. Aunque no es que me falte el ánimo, ni nada.
- Que gracioso. Nunca cambies Rick. -
Pronto un llamado por radio expuso que un contingente de enemigos acechaba cerca de brazo izquierdo del SDF-1.
- ¡Oh! ¡No! –Menciona Max.
- ¿No atacan? - corre el almirante de inmediato
- Posiblemente
La fiesta se paralizó y todos los pilotos salieron de allí sin dudarlo. Era un grupo reducido de battlepod. Una y otra vez Khayron y Azonia atacaban ya sin respetar las órdenes de Breetaii. Ganarse el favor de Dolza era lo primordial, si querían existir.
El escuadrón Skull e Índigo hicieron su aparición de inmediato con los nuevos prototipos. No bastó más que algunos proyectiles para ir reduciendo a los Zentraedis – Meltraedis. Max y Miriya permanecieron en base, aunque querían participar; el almirante se los prohibió.
La contienda duro menos de una hora. El enemigo se esfumó. Eran ataques sorpresa. Ataques constantes. A veces Azonia, y otras Kharyon. -
Ello dio la furia de Breetaii y pidió una reunión con Azonia y Khayron
- ¡¿Qué rayos hacen?!
- Solo atacamos – Se escudó Khayron - Mi lord
- No he ordenado nada, ¡Khayron! - Le grita Breeetaii con amplio enfado
- Seguimos a Dolza mi lord – Explica Azonia
- Él no ha dicho nada al respecto.
- Sabemos cuál es su intención – Expresa Khayron. En su interior sabía su destino. -
- Se lo que tú quieres. De ahora en más seguirán mis órdenes. De lo contrario me encargaré personalmente – Se enfurece con profundidad Breetaii. Ambos sabia de
su poder y se mantuvieron impolutos en el silencio.
Breetaii, era un viejo guerrero. -
La pantalla se apaga cerrando transmisión.
- Exedore. Tenemos que hablar. Tengo una misión para ti.
- Si mi lord.
Rick al concluir el vuelo fue a su habitación. No podía descansar y decidió salir a la calle. El bar de riff estaba abierto y fue por un trago.
- ¿Hunter? ¡Qué bueno verte por aquí!
- Hola Riff. Dame algo como para pasar el tiempo
- ¿Mal día?
- No solo un poco nostálgico
- Ahora mismo
Riff se había enterado lo sucedido con Roy y lo lloró a su manera con una botella de brandi, pensó que era lo indicado y que tal vez sería suficiente para Rick.
Riff abrió la botella y colocó dos copas. Midió lo justo y preciso. El líquido vertía con cierta rapidez hasta llegar a la mitad.
- Toma muchacho. – Riff levantó la copa y Rick lo siguió. – Por Roy.
- Por Roy. – Expresó Hunter.
Ambos bebieron y Rick hizo un gestó en su boca por lo fuerte.
- ¡Oh! ¡Vamos! Debes acostumbrarte muchacho. Tu padre bebía sin problema y vuelve a llenar la copa, sin prisa. -
- ¿Cómo conociste a mi padre? - pregunto con los brazos colocados en la madera de la barra sin levantar la cabeza.
- Fue en la milicia. Fui parte del ejército en tiempos en los que se luchaba para defender la patria
- ¿Por qué?
- Porque había una amenaza. Realmente estábamos en peligro. A veces uno debe ponerse al servicio por el bien de todos.
- A veces pienso que todo esto no tiene mucho sentido.
- ¡Niño! Deshonras el nombre de tus amigos. Todo tiene sentido. Desde que despiertas hasta que descansas en sueños. Proteges a los que amas. Ese es el verdadero sentido. Y volverás por ellos. Por esa mujer que amas tanto.
- ¿Lisa?
- Es un bello nombre niño. No dejes nunca escapar a esa dama. Si la amas saldrás a combatir por ella y por el futuro de ustedes.
- ¡Gracias!
- Al contrario. Parte de luchar una guerra es también vencer con las palabras. Con ellas se logra la confianza, el ánimo y lo más importante. La esperanza.
- Las palabras – Pensó Rick – ¡Eso las palabras! – Riff gesticuló un ademan positivo. Ambos beben otra copa y otra.
- ¡Riff! ¿Y tú que harás?
- De ser por mí me enlistaría, pero no quieren militares viejos. Sabes, esa política estúpida de los burócratas y por eso solo sirvo bebidas.
- Pero puedes beber tranquilo. -
- De eso se trata hijo. De eso se trata – concluye un sorbo de brandi. – Se vació la botella
– ¿Vamos por otra?
- Estem. No sé.
- ¡Vamos por otra!
Permanecieron discutiendo y en cada historia Rick sentía que hablaba con un pasado que conoció.
Lisa en su puesto de trabajo, pidió una reunión con su padre. Luego del recibimiento, almorzaron una comida ligera. El almirante Hayes, manifestó que haría lo posible por aquel informe, aunque lo determinaba como una batalla perdida. En su interior el cansancio de los años le habían demostrado que la milicia no paga bien a nivel humano a la hora de arrojar las cartas contra uno o varios países. La guerra mundial generó estragos y el ataque Zentraedi-Meltraedi crucificó a una tierra herida. Raro por así decirlo es el destino de una raza que contempla su vida en un espejo que parece ya no devolver la imagen exacta más que de tintes borrosos.
Mientras almorzaron ella le narró todos los sucesos y sobre su amor por Rick y agradeció el posible ascenso.
- Lisa ¿Te gusta tu nuevo puesto? – le pregunta con entusiasmo en su rostro
- Gracias padre – Lisa con una particularidad contesta interesándose por otra razón – padre, digo almirante ¿Hubo algún acuerdo?
El almirante Hayes no podía responder. El puesto de mando de Lisa parecía inmutarse con él en un silencio.
- Lo siento Lisa. No, ellos tienen una tesitura determinada en la cual el enemigo debe ser destruido.
Lisa se resignó.
- ¿Y ahora qué?
- Debemos esperar
- Padre. El poder del enemigo es inimaginable. Tenemos una chance
- ¿Qué? ¿Te refieres a los refugiados? ¿A qué habrá un acuerdo? – Se pregunta de
manera irónica. Ya está decidido. Prepararemos todo para un contraataque en poco tiempo. -
¿Qué? Pero, almirante. A penas la tierra puede defenderse y menos aún atacar
- Varias bases del mundo tienen preparado los cañones ALFA.
Lisa entendía algo de ello. Eran Armas letales que podían acabar con todo, aunque creía que con el ataque no resistieron.
- Si, los hemos mantenido a salvo. Y hay algo que debo decirte que quizás sea duro para ti.
Lisa temió lo peor.
- El SDF-1 deberá ser nuestro señuelo
Lisa se estremeció ante esas palabras aterradoras. Su padre dibujo el rostro de un asesino.
- ¡No!¡ No, pueden hacer eso!. ¡No! – Lisa se arrojó a él – Padre dime que no es real
- Lo siento Lisa.
- ¿Almirante? ¿Puedo pedirte algo?
- Sé lo que piensas, y la respuesta es no. No iras a la nave. No voy a permitir que
mueras como una tonta valiente
- Allí se encuentra la gente que amo.
- Estamos en guerra Lisa comprende maldita sea.
- ¡No!. No lo voy a entender. - Grita en su desesperación. -
- Comandante. Una palabra más y la enviaré al calabozo por desacato.
Lisa se rompió en llanto ante el tablero de computadoras. Su padre intento consolarla pero fue inútil. No hizo otra maniobra que marcharse.
En una leve imagen se vió con Rick y un bebe en sus brazos y llevo su mano al vientre, en cuanto continuaba en lágrimas. Pronto todos sabrían que el SDF-1 iría a una muerte total.
El almirante Global mantenía una conferencia con los miembros del consejo de la tierra unida. Las noticias no eran nada alentadoras. Incluso superaban las expectativas vislumbradas por él. Al concluir recibe un recado de que una nave enemiga se acerca.
- ¿Y ahora qué?– se pregunta con recelo de una situación que ha extendido su capacidad. Lo que Lisa recibió fue la real imagen de un crucero a la muerte algo similar podría decirse en el líder supremo Dolza. – Iré de inmediato para allá.
Era dos battlepod. Uno parecía custodia del otro. No significaba otro mensaje que más rebeldes. No. No lo era. Un emisario importante venia a bordo a fin de entablar conversaciones y acuerdos. Con él, los salvoconductos del lord Breetaii. Varios veritech comandados por Max hicieron las veces de escolta hasta llegar al Prometeo II del ala del SDF-1. Al aterrizar la compuerta se abrió. De allí descendió un ser muy diminuto de un metro sesenta. Su custodia salió de su battledpod. Un gigante de la raza Zentraedi.
- Bienvenido – Le comunicó Maistrof, luego de recibir la directiva central de recibir al zentraedi.
los rostros intercambiaron gestos sigilosos
La señal fue la siguiente.
- Mi nombre es Exedore, ministro y mano derecha de lord Breetaii. Venimos en son de paz
Exedore conocía mejor que nadie la política internacional o mejor dicho intergaláctica. No existía nadie mejor que él para ese trabajo.
- Exedore tu misión será ir con los micronianos. Debemos establecer un alto a todo esto.
- Claro, señor pensaba lo mismo.
- No podemos destruirlos, como tampoco la nave. Todo ello es parte de la protocultura. Los rebeldes y su cultura han llegado a un punto crítico.
- Señor ¿Y qué hay de Dolza?
- En breve tendremos noticias. Planean un ataque masivo. Ese arrogante
- ¿Pero?
- Si, Exedore destruirán todo. – Inquirió aquel líder con su rostro cubierto de metal. Oscilaba entre las posibilidades, y tenía una en mente. -