Taiyang no murió después de caer por un acantilado. Sin embargo su situación ahora es mucho más extraña. En una era donde existe algo más poderoso que la humanidad, él ya no se puede hacer llamar humano. No solo eso, ahora también tiene un pequeño que lo acompañaba..
El sonido de la alarma a través del megáfono penetro en los oídos del oyente como el grito atrollador de un alma en pena. TaiYang quería taparse los oídos con desesperación, sentía su cabeza dando vueltas debido a aquel pitido irritante. Sin embargo sus manos parecían tener su propia voluntad, e ignorando su propio dolor, cubrieron con fuerza los pequeños oídos del hombrecito en sus brazos.
Su boca no dejaba de jadear debido al esfuerzo, su cuerpo también se sentía pesado, pero aún así no fue capaz de detenerse en absoluto y continuó corriendo en medio del caos. Incluso si no sabía lo que estaba sucediendo, había una voz en su cabeza que le gritaba con fuerzas que si se detenía aquí todo habría terminado.
No fue hasta que corrió hasta el punto en el que aguantó más y ya no pudo escuchar el adormecedor ruido en su cabeza que se detuvo exhausto. Apoyó su cuerpo en una pequeña cueva desierta y se deslizó hasta el suelo. No podía pensar en nada más que no fuera descansar, al parecer los nervios de su cuerpo estaban demasiado tensos y cuando se relajo, la somnolencia lo venció.
Las manos que sujetaban con firmeza el pequeño cuerpo en sus brazos se aflojaron cuando se desmayó. La criatura en sus brazos pareció despertar en ese momento y rápidamente se alejó de los cálidos brazos.
La velocidad era increíble y en un parpadeo ya estaba detrás de una gran roca.
La apariencia era lamentable. El cuerpo era pequeño y delgado al igual que un niño pequeño, pero sus brazos flacos y rostro hundido sin la familiar grasa de bebé era evidencia de su desnutrición. Estaba sucio y las ropa que traía todavía tenía manchas de sangre secas, por su forma de moverse, no parecían ser suyas. Su postura tampoco era la correcta, tal vez sea por su joven edad y las malas condiciones, pero todavía se apoyaba con sus cuatro extremidades para sostenerse; Como un pequeño animal salvaje. Sus ojos estaban llenos de salvajismo, el hermoso color azul cían era similar al mar turbulento en medio de una tormenta. Y el único naufragó reflejado en ellos era él hombre dormido frente a él.
La verdad, es que desde el principio había estado despierto. En el momento en que este hombre entró como un ladrón a su habitación y lo sacó de su jaula, evitando las cámaras y la seguridad, él había estado consciente. Sin embargo debido a su naturaleza de supervivencia, no lo mató al instante. Sin mencionar que podía reconocer un aroma que los enlazaba a ambos.
"Esta debe ser mi madre" pensó.
No digas que solo parece tener entre tres y cuatro años, sus instintos y pensamientos son mucho más meticulosos y avanzados que los de cualquier niño de la misma edad. Una de las principales razones por la cual era el principal experimento de toda la base científica clandestina.
La sangre dominante en su ADN le decía que incluso si fuera su progenitor, su sangre y su carne eran lo que más necesitaba en estos momentos, como si devorandolo obtuviera los nutrientes y energía que le hicieron falta durante todos los años anteriores.
No existía algo como la moralidad en su pensamiento, lo que estaba bien o lo que está mal. Para cuyo ser que se nació en una base llena de experimentos inhumanos, devorar a su pariente no le traía ningún cargo de conciencia. Es más, una parte de sí le decía que eso era lo que debía hacer. Él era más fuerte: Es la cadena alimenticia.
Con ese pensamiento en mente, al ver que estaba inconsciente y que no podría luchar. Se acercó con la intención de alimentarse. Mientras se acercaba pudo ver la condición del otro y no pudo evitar sentirse desdeñoso. Junto con el delicioso aroma de su carne también existía otro, el cual lo conocía muy bien. Su progenitor también era un prisionero de los sujetos con trajes blancos.
Sin embargo, a diferencia de él. Parecía mejor cuidado.
El rugido de su estómago lo despertó y los pensamientos volvieron al camino correcto: Tenía hambre.
Se paró sobre las largas piernas y tiró del hombro del contrario. Su pequeña cabeza se acercó al hueco de su cuello, clavando sus pequeños y filosos colmillos sobre la delgada piel. La sangre fluyó de la herida rota hacía su boca, y de su boca se escurrió hacía el suelo. TaiYang seguía inconsciente, pero la sangre en su cuerpo parecía reconocer a su hijo.
Su cuerpo se inclinó hacía abajo y una mano se apoyo contra la cabeza del niño. Como si le dijera que continuará, aceptando el destino de ser devorado.
El pequeño obviamente se sorprendió, su boca se despegó de su hombro y levantó la cabeza para mirar hacia arriba. Al ver el rostro dormido, el pequeño sintió una extraña sensación de calor desconocido que provenía de la mano apoyada en su cabeza.
No es un calor desagradable.
Es como si escondiéndose en su pecho nada podría tocarlo otra vez. Muy agradable.
La sensación de hambre todavía estaba ahí, sin embargo ya no quería comer tan desesperadamente. Sintió que ese sentimiento de calor era más reconfortante qué comer. Lamío la sangre que todavía se desbordaba por su hombro y se acostó sobre su regazo, como una pequeña bestia