POV Rose
Despierto por el sonido de la alarma de mi celular y lo primero que siento es al Espíritu abrazandome—hola hermosa mía
—me susurra el Espíritu en mi oído.
—Hola—digo con timidez.
Él quita sus manos de mí y yo me siento—debo parecer un león con este cabello—digo recordando que no me sujete el pelo anoche.
—ja,ja, ja, tal vez solo un poco—dice y se me calientan las mejillas—te ves muy linda cuando te sonrojas—añade acariciando mi mejilla derecha y yo cierro los ojos deleitandome de ese toque.
—Rose, ¿ya estas despierta?—escucho a mi madre decir a través de la puerta—recuerda que tienes clases hoy, ya despierta.
—Ya estoy despierta—respondo levantandome de la cama.
Me pongo mis botas favoritas, las negras y veo sobre la cama el cofre. Lo coloco debajo de la cama hasta que vea que tengo que hacer con el.
Y el diario de Adelaine que también deje sobre la cama lo entro en mi bolso. Después de cepillarme los dientes bajo a desayunar.
—Buenos días—saludo a mis padres.
—Buenos días—contestan al unísono.
Como mi desayuno, huevos revueltos con pan tostado y jugo de limón. Cuando termino busco mi bolso, el abrigo de Bily y las llaves del auto para irme—Espíritu, acompañame por favor—le pido pues, no quiero estar sin él.
—Ya estoy, vámonos—articula.
Nos vamos y llegamos a la universidad.
Entonces noto que las personas se me quedan viendo—¿tengo algo en el rostro que todos se me miran?—le digo al Espíritu en mi mente.
—No, es por la foto—responde y yo frunzo el ceño.
—¿Qué foto?—le pregunto.
—Mira el mural de los anuncios y los pasillos.
Busco el edificio donde esta el mural de los anuncios sin fijarme en los pasillos y veo que hay una foto bien grande de mi, siendo besada en la mejilla ¡¿por Bily?!.
—Oh no—digo, quito la foto de ahí y la rompo votándola en el bote de basura—¿quién habrá hecho ésto?—expreso un poco molesta—ahora todos creerán que Bily yo estamos saliendo y en el
pasillo...ains.
—Tranquila, solo quitalos y rompelos—comenta el Espíritu.
—¡Pero ya de seguro lo vio todo el campus!—exclamo irritada—perdón por gritarte yo solo...
—Esta bien, yo te ayudaré—dice y viene un fuerte viento que despega las fotos de la pared del pasillo.
Sonrío—¡gracias!, te abrazaría ahora mismo si pudiera—manifiesto, comienzo a recoger las fotos del piso para ir tirándolas a la basura.
Voy al baño para hacer mis necesidades cuando escucho que llegan personas—¿vieron las fotos?, es una zorra total—oigo y entre abro un poco la puerta para ver quienes son y me fijo que es Ana junto con dos chicas más.
—Pero creo que las quitaron porque no las vi cuando veníamos—dice una de ellas.
—Tal vez...
—Eso es porque yo los bote—digo interrumpiéndola.
—Así que estas aquí...—articula Ana acercándose a mi y busca algo en su bolso—chicas, cierren la puerta.
Ellas cierran la puerta y veo que Ana saca unas tijeras del bolso entonces me pongo nerviosa—¿q-que hacen?
—Te enseñaremos una lección para que no andes de zorra—dice Ana y pone su mano sobre mi vestido y yo la empujo—chicas, agarrenla.
—N-no—me agarran los dos brazos y Ana se acerca y toca mi vestido.
—Tan lindo cuerpo—dice pasando las tijeras por mi pecho—¿por qué no recortamos un poco aquí...?
Hace un corte en la zona de mi pecho y luego otro en la cintura entonces tira de el rompiéndolo más jaciendo que se me note el brasier y un poco los panties—ups—expresa sin más Ana.
Saca su teléfono celular—tengo que grabar esto—manifiesta con una sonrisa en el rostro y yo me remuevo impotente.
—Suelta el celular.
—¿Quién dijo eso?—pregunta Ana sorprendida.
—Que sueltes ¡el celular!
Se abren todas las llaves del baño—¿q-qué rayos?—expresa Ana poniéndose al parecer un poco nerviosa.
—Te lo repetiré o través, suelta el celular.
De pronto, sale volando hacía una esquina el celular que tenía ella en la mano.
—Pero que...—dice Ana estupefacta.
—Salgan—articula el Espíritu y se activa el rociador contra incendios entonces, me sueltan y salen corriendo gritando que estoy endemoniada.