—Tomaré la primera dosis ahora —interrumpió firmemente Alistair—. ¿Cuánto tengo que tomar?
—Qué molesto —Eugenio rodó los ojos y sacó una botella con el número uno escrito en ella—. Esta vez, tomas una botella al día, no más que eso.
Alistair asintió y la destapó fácilmente, inyectando el contenido de la botella directamente en sus venas con la jeringa en un movimiento rápido y practicado. La botella era más grande y el líquido más viscoso, lo que hacía que la tarea fuera más lenta de lo habitual, pero la sensación de alivio que inundaba su cuerpo era idéntica.
Alistair se relajó un poco. Las posibilidades de que Eugenio lo traicionara eran escasas, después de todo, no era como si Eugenio supiera que Alistair le mentiría. E incluso si descubriera que 'Dafne' era una farsa, no tendría preparada la medicación falsa de antemano.
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