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Cap 4. Princesa

"Estás mintiendo si dices nunca jamás" 

Las palabras de Caín resonaron en la cabeza de Delilah como un mal presagio. Volver a sus actividades con normalidad le tomó un rato, pero el tiempo avanzó absurdamente rápido y Raguel apareció en la cocina cuando el cielo ya había oscurecido, para ese entonces, la joven Billeter debería estar cruzando la entrada de la mansión con una puntualidad perfecta. 

El comedor principal se podía ver con claridad desde las ventanas de la cocina, aún si no fuera posible escuchar nada. Raguel se asomó descaradamente levantando las cortinas sin ningún cuidado, dejando la vista clara para Delilah también. 

—¡Vaya que eres un hombre descarado! 

La repentina voz de Lucrecia hizo que Delilah se arrepintiera de mirar. La costosa muñeca de cristal tuvo la firme idea de que encontraría ese escenario si seguía al castaño insolente de cerca. Alguien que se entromete en los asuntos de otros era demasiado rudo según su entendimiento. 

—Querida Lucrecia siempre eres tan seria, si lo que deseas es saber cómo irá la cita de esos dos no seas tan modesta. 

Ella se arrepintió de preocuparse por el comportamiento de personas tan extrañas, ser rebajada a cómplice de los indignos fue insulso para su orgullo. Dirigió su postura hacia Delilah y no quiso esperar en ese lugar un segundo más. 

En cuanto la muñeca de cristal huyó todo lo que sobresalió entre los cristales, fue la hermosa figura de la nieta del duque. 

Eilith poseía unos bellos ojos brillantes y profundos como el océano, era una joven alta y rubia de hermosa piel pálida. Se podía notar la nobleza de su persona aún en la distancia. Delilah recordó lo que Caín dijo sobre rechazarla, pero sería imposible escapar de su encanto porque ella misma era incapaz de apartar la mirada de sus rizados cabellos rubios. 

La nieta del duque Billeter conocía la personalidad solitaria de Caín qué se ocultaba tras su sonrisa discreta y casual, tal vez por eso el encuentro resultó diferente desde un inicio. 

Las formalidades fueron inevitables, pero la joven hablaba con bastante libertad, en primer lugar, tuvieron una conversación tranquila sobre la familia Billeter, era importante para ella marcar su jerarquía en la sociedad entera. 

El abuelo de Eilith era el primo del rey, se estableció en Kevland por decreto real hacía unos años atrás, la joven que era hija única viajó por orden de sus padres con el propósito de establecerse en la alta nobleza. Caín conocía a fondo esa historia, escuchó toda lo que la chica deseaba comunicarle con tranquilidad, incluso cuando tocaron el tema de la fiesta de cumpleaños en la mansión Bathory, ni siquiera tuvo que disculparse por haber desaparecido, la belleza rubia continuó y continuó hablando. 

—Tal vez me he equivocado, lo siento, pero es muy extraño que Neil no haya desposado a alguna de sus pretendientes, parece un hombre despiadado y mujeriego. 

Caín sonrió, el reclamo que no estaba dirigido hacia él se sintió como un reproche directo porque ciertamente guardaba algunas similitudes con Nel de Bathory en ese aspecto tan específico. 

—Si Eilith desea un matrimonio seguro, ni Neil, ni yo, seriamos buenos candidatos. 

—Yo sé bien algo como eso. 

Eillith devolvió la sonrisa y bebió de su copa transparente. 

—¿Te parezco atractiva? 

Tras limpiar sus labios rojos preguntó directamente como si el trago anterior le hubiera brindado alguna clase de confianza. 

—Si, eres una mujer hermosa. 

La sinceridad en sus palabras la sonrojaron, porque a pesar de que recibía comúnmente halagos resaltando su belleza, escucharlos de esa voz suave y al mismo tiempo grave, les otorgaban aún más veracidad. 

—El día de hoy he venido a pedirte que durante la fiesta de la señora Lathasha, no escojas a nadie más que a mí como tu acompañante. 

De no ser mencionado por su dulce voz, Caín lo habría olvidado por completo. El cumpleaños de la marquesa estaba cerca. El mundo de la nobleza estaba lleno de festejos y asuntos de ese tipo, era imposible recordarlos todos con exactitud. 

—Se que no estoy en posición de exigir, tampoco quiero incomodarte, puedes estar tranquilo no tengo motivos ocultos solo quiero un acompañante... al menos por ahora. 

Negarse ante aquel rostro inocente sería una pena, no siempre se recibía la generosa invitación de una dama de la rama alta. 

—La señorita Billeter nieta del Duke de Yuor, es mucho más interesante de lo que pensé. 

—Si no te invito yo, seguramente tu jamás lo harías. 

—No he hecho ninguna clase de plan para esta fiesta, me siento honrado. 

—Aun si estas mintiendo no cambiaré de opinión en elegirte como acompañante. 

Esas palabras salieron de los labios de la noble dama forzando una sonrisa en el rostro sereno de Caín, quiso creer que su percepción había sido errónea y sus expectativas cambiaron inevitablemente. 

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