No Quiero Irme

—Estás muy bonita hoy —elogió Lucas.

Ella se sintió un poco tímida y una leve sonrojo apareció en su rostro.

Ya estaba tan acostumbrada a recibir elogios que ya no sentía mucho cuando recibía uno. A veces, incluso lo encontraba molesto. Pero después de escuchar la simple alabanza de Lucas, su corazón se sintió dulce como la miel y comenzó a latir con fuerza.

No es de extrañar que la gente a menudo dijera que las mujeres tienden a arreglarse para aquellos que adoran. ¡Resulta que la sensación de ser elogiada por la persona que te gusta es tan maravillosa!

Ashley se sentía alegre y confundida por dentro. Después de subir al coche de Lucas, lo guió al restaurante donde ella había hecho reservaciones para cenar.

Pero cuando Lucas llegó al lugar, se sorprendió. —¿Este es el lugar que reservaste? —preguntó.

Con una expresión orgullosa, Ashley asintió y dijo con entusiasmo: