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ESTOY CABREADO

NA: ¿quinto capitulo?

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"¡Bienvenido Takezuchi-dono, nos honra con su presencia!"

En la puerta principal de la mansión, uno de lo viejos gordos que aparecía en los videos alzó los brazos y dio la bienvenida a otro viejo, de contextura más delgada, pero con una mirada mas enfermiza que el primero.

"Je, se ve que hicieron un buen trabajo con la propiedad que les di eh… espero que haya valido la pena"

El anciano de apellido Takezuchi sonrió mientras entraba a la mansión, seguido de varias otros viejos, así como de algunos hombres en traje, los cuales parecían ser guardaespaldas.

No obstante, de entre toda esta multitud, un sujeto vestido con traje de color beige resaltaba evidentemente.

Era un hombre alto, demasiado alto para alguien que vive en Japón, casi llegando a los dos metros. Además, su contextura era enorme, como si se tratara de un fisicoculturista. Pero lo que más resaltaba era el color de su piel.

"Venga Bernat-san, venga, como le dije ¿se ve bien verdad? Esta era un finca que tenía abandonada desde hace tiempo, pero que últimamente la hemos readaptado para usarla como un lugar de diversión jajaja" – Takezuchi sonrió mientras alzaba las manos y le enseñaba todo a su alrededor.

"Si, se ve bastante bien" – el sujeto llamando Bernat respondió mientras daba una pequeña sonrisa y un marcado acento Americano.

"Aquí mi socio ha conseguido lo mejor de lo mejor en lo que respecta a carne fresca, así que no se preocupes Bernat-san, podrá 'comer' todo lo que quiera, como se lo prometí"

Ante las palabras del viejo, el afroamericano le volvió a dar una sonrisa.

¡Este sujeto, llamado Bernat Johnson, no era otra persona que el padre de Mike Jonhson, el estudiante transferido que Hiroki había matado el día de ayer!

Bernat Johnson era uno de los delincuentes más reconocidos del bajo mundo en la ciudad de Detroit, Michigan.

Este tipo había sido, según algunas estimaciones, responsable de la muerte de casi cien personas a lo largo de toda su visa criminal. Era un ser realmente sanguinario que había causado terror en la ciudad industrial norteamericana. Incluso su nombre era conocido en otras ciudades.

No solo eran los asesinatos, sino también la extorción, el tráfico de drogas y armas, la prostitución… todo lo malo que podía ocurrirle a la ciudad de Detroit tenía la firma de Bernat Jonhson.

No obstante , este tipo no solo era un experto en el arte de la muerte, si no que era muy inteligente, pues a pesar de todos los crimines que se le adjudicaban, ninguno pudo ser probado, pues nunca dejaba testigos.

Además, debido a las conexiones que tenía con diversos políticos y miembros de la justicia, siempre salía bien librado.

No obstante, luego de casi veinticinco años dentro del mundo criminal, y debido a que la ciudad había perdido su 'esplendor' ya que las principales empresas automotrices habían migrado hacia otros destinos, Bernat se había aburrido.

Claro que había recibido ofertas de 'trabajo' en otros países, pero nunca había los había tomado en consideración. En América tenía lo suficiente como para vivir cómodamente.

Pero el tiempo pasó, y las cosas cambiaron.

Por ello es que, de un momento a otro, decidió aceptar la propuesta de un viejo empresario Japones, el cual quería que lo 'asesorara' con un nuevo emprendimiento.

Sin pensarlo mucho, aceptó el pedido y vino a Japón con su hijo.

De inmediato se puso a trabajar para este viejo, quien había incurrido en el negocio de las drogas sintéticas, obviamente de manera clandestina, utilizando su poderos capital apoyado por su empresa matriz, Shira corp.

A Bernat Johnson le pareció curioso que un empresario de su nivel quisiera arriesgarse en un negocio como ese, pero si algo había aprendido a través de los años es nunca cuestionar nada si es que no le convenía.

Y gracias a su participación comenzó una guerra frontal contra los contrabandista Chinos, Coreanos y Rusos que mantenían el control del mercado.

Y sus victorias fueron tremendas.

Por ello es que lo había invitado a este lugar para que pueda relajarse.

"Te lo agradezco viejo, pero yo quisiera probar la carne que te mencioné la vez pasada ¿Por qué no la invitas a que venga? Incluso podemos traer a su hija"

Bernat habló luego de llegar a una especie de salón principal.

Si bien estaba más que dispuesto a experimentar cosas nuevas, sabía de los gustos de estos vejestorios, y aunque en el pasado se había follado a una que otra jovencita, su zona de ataque era otra. 

A él le gustaban más maduras, como la rubia que había visto a lo lejos trabajando en la empresa del viejo hace unos días que fue de visita.

Ella el tipo de mujer que le gustaba.

"Bueno, eso es un poco complicado mi amigo, ya que ella no es de las que aceptaría fácilmente una invitación a un lugar privado, menos con su hija" – resopló el viejo luego de recordar a su recientemente contratad gerente de marketing.

Si bien era muy bella y sabrosa, no la había contratado por ello, sino por su excelente currículo sobre la forma en gestionar una unidad de una empresa tan famosa e importante como la suya.

En contraste, su hija se encontraba en la zona de ataque del viejo, pues él las prefería jóvenes.

No obstante, la madre siempre tenía una mirada de halcón sobre su hija, y la chiquilla no era una ingenua que se dejaba engatusar con dinero o simples promesas.

Tanto la madre como su hija eran unas mujeres muy astutas.

En estos casi seis meses, ese viejo no había podido disfrutar de esa mocosa como lo había hecho con otras modelos en ocasiones pasadas.

Pero ya estaba en los planes del viejo ponerle fin a esta espera.

Con la presencia de este sujeto, quien había tomado interés en su gerente de marketing luego de verla cuando fue a su empresa, era posible que por fin quebraran a la hija y a la madre al mismo tiempo.

"Tonterías, mándalas a traer, les daremos de probar las nuevas drogas que estamos trayendo del sur, con un par de píldoras ellas estarán rogando por ser folladas como unas verdaderas putas" el tipo llamado Bernat sonrió maliciosamente.

Al inicio no pensaba que el anciano estaría tan loco como para hacerlo, pero ya que aceptó su pedido, no actuaría con modestia.

Si bien él había pensado en ir despacio con esa rubia, ya que se presentó la oportunidad, aceleraría las cosas. Además, no es como si le preocupara el que ella diga o haga algo luego ya que ninguna de las mujeres a las que haya follado en el pasado le hubiera causado problemas.

"Jajaja, bueno, yo quería esperar, pero creo que seguiré el consejo de Bernat-san" – el viejo alzó la mano y uno de sus guardaespaldas se le acercó – "Dile al grupo número tres que traigan a las dos rubias sin que nadie lo note"

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(1 hora después)

"Bien… al parecer ya llegaron todos"

Yuuma, quien estaba vestido completamente de negro y oculto por las sombras, murmuró luego de ver la cantidad de autos estacionados dentro de la finca.

Esperó un buen tiempo desde que el ultimo auto llegara, para que ninguno de esos viejos se le escapara. Y mientras tanto, estaba evaluando todos los puntos de acceso que debía cubrir para evitar el escape de cualquiera de las ratas.

Como eran uno viejos fofos, de quien debía preocuparse eran de los guardaespaldas. Como esta no era una misión de rescate, podría dar rienda suelta a todas sus habilidades y terminar el trabajo rápidamente. 

*Brrr* Brrr* Brrr*

De repente, justo cuando estaba a punto de iniciar con su plan de 'limpieza' su celular comenzó a vibrar en su bolsillo.

"Que oportuno eres para llamar eh" – Yuuma contestó con su auricular de manera sarcástica – "Dime lo que tengas que decir rápidamente, estoy a punto de entrar a operar"

[Esto…. ¿okey?... bueno, quería informar que la policía y los representantes de seguridad social se llevaron a los tres objetivos]

Al otro lado del teléfono se escuchó la voz de Yuukiteru, su subordinado.

"¿Solo eso? me lo podrías haber escrito, no tenías que llamarme" – Yuuma se quejó – "Si mi operación hubiera empezado antes me habrías distraído con tu llamada ¿sabes? No es muy cómodo que el celular te vibre cerca de las nueces mientras haces ejercicio"

[Ah… bien… entiendo… creo ] – La voz de Yuukiteru resonó un poco cansada – [Hiroki ya se fue a su casa, yo volveré al motel, espero que tenga cuidado Jefe]

"Tranquilo mocoso ¿con quién crees que estás hablando? Mas bien, cuídate tu" – Yuuma se despidió y cortó la llamada.

"Ah… me siento viejo… creo que me comporto más como un sensei que como jefe con estos mocosos ¿será por qué esa es mi profesión? Bueno, ahora es momento de-"

*Ding, ding, ding*

[Alarma de proximidad]

"¿Eh?" – de repente, el sistema se activó dándole un aviso.

[Los objetivos marcados como Reika Kurashiki y Reina Kurashiki entraron en el radar. Velocidad de aproximación 60 km/h en dirección sureste]

"¿Qué carajos?"

¡Nuestro protagonista no sabía qué diablos estaba pasando!

El sistema de marcado era una propiedad del sistema que permitía marcar a un individuo luego de consumir puntos del sistema y así poder saber su ubicación en los 100 metros a la redonda , era una función parecida a los mapas de los juegos RPG.

Si bien también odia saber la ubicación de sus objetivos sin haberlos marcarlos (así fue como encontró la ubicación de la posada en donde estaba Yuukiteru, o la ubicación de la casa de Hiroki o la de Kazuki) esa era una opción del sistema de un solo uso para cuando estaba en misiones y solo se podía usar una vez.

El día de hoy, cuando conoció al dúo madre-hija, claro que las había marcado a Reika y su hija, pues necesitaba encontrarlas en el futuro.

¡No obstante, no espera que las dos estuvieran viniendo a este lugar!

De repente alzó la mirada y vio como una camioneta con lunas polarizadas llegaba frente a la vivienda, y la ubicación de ese vehículo coincidía con la posición de Reika y su hija en su mapa del sistema.

De pronto, vio como la puerta se abría y sacaban a las dos mujeres del vehículo de manera muy ruda, jalándolas y forcejeando.

¿Este viejo había secuestrado a su propia subordinada?

"Ja… jaja… Ah… si… no tendrán una muerte tranquila" 

En este momento, nuestro protagonista en verdad estaba realmente cabreado.

Próximo capítulo