Un poco después se decidieron. Llegaron a las nueve en punto cuando la competencia iba a empezar a las nueve y media.
Estas personas tenían privilegios en Pekín, y les resultaba fácil conseguir billetes para competencias académicas que nadie miraba.
Para competencias como esta, el enorme estadio apenas si se llenaba con unas cien o doscientas personas.
Aunque la competencia iba a empezar en treinta minutos, el estadio solo estaba ocupado por unas cien a doscientas personas.
Además de los espectadores, el resto de las personas presentes eran todos reporteros. Estaban allí con sus cámaras apuntando al escenario, esperando transmitir la competencia en vivo. Para las plataformas que no soportaban la transmisión en vivo, los reporteros grabarían la competencia y luego la convertirían en un informe de noticias.
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