Reina (Parte I)

—Evie despertó solo un par de horas después de que la trajeron a Crescia, completamente descansada, y se estiró lánguidamente mientras se levantaba de su sueño. Recordando todo lo que había sucedido antes de que cayera en la inconsciencia, levantó la mano para tocar la herida en su cuello y se sorprendió al encontrar la suave textura aterciopelada que saludó sus yemas de los dedos ya curada. Frunció el ceño, preguntándose si alguien la había curado. ¿Gav?

En el momento en que la imagen de sus ojos rojos que vio antes de desmayarse cruzó por su mente, el rostro de Evie se iluminó de alegría y bajó de la cama con entusiasmo. ¿Dónde estaba él? ¡Quería verlo ahora!

Pero su cuerpo se congeló al darse cuenta de que este lugar en el que estaba ahora ya no era su habitación. Este lugar... ¿Dónde estaba exactamente? ¿Por qué despertaba en una habitación diferente a la que se había dormido?